Dagoberto Gutiérrez: “(El de Funes) es casi un gobierno de ciencia ficción”

Diario El Mundo. El analista político Dagoberto Gutiérrez reflexiona sobre dos tópicos específicos en el marco de los tres años de gestión del presidente Mauricio Funes: economía y seguridad. Llama al presidente Funes un presidente de la derecha y no confía en los reiterados llamados de unión nacional. Para él, éste es un gobierno de fracasos y casi, de ciencia ficción

Los tres años de gobierno que cumplirá el presidente de la República, Mauricio Funes, han sido de fracasos. Así lo resumió el analista político y dirigente de la Tendencia Revolucionaria, Dagoberto Gutiérrez, al hacer un análisis de dos tópicos que más aquejan a la población: economía y seguridad.

Gutiérrez, un hombre que se perfiló en el Partido Comunista y que se ha ganado el reconocimiento de la sociedad por sus análisis y su particular énfasis a la hora de hablar, argumenta que el fracaso del gobierno se debe a la falta de apoyo del pueblo y del sector empresarial.

En esta entrevista, habla también sobre los posibles candidatos a presidentes y su visión del trabajo de alguno de ellos.

¿Cómo evalúa el trabajo del presidente Mauricio Funes en estos tres años de gobierno en dos temas: economía y seguridad?

En el terreno económico hay un fracaso de la filosofía económica. El gobierno de Funes estableció que no debería haber un cambio de economía, de modelo, y ese es el que sigue. Políticamente se estableció un gobierno de unidad nacional. A tres años se comprueba que ni hay nación ni unidad y también en eso hay un fracaso.

¿Para usted se ha continuado con un modelo neoliberal?

El gobierno Funes decide establecer una alianza estratégica con los Estados Unidos de dependencia total. Muy bien. Pero la economía (de ese país) va bajando y el gobierno Funes queda anclado en el vacío, en el espacio. En definitiva, un gobierno de fracasos, sin el apoyo del pueblo y sin el apoyo de los sectores empresariales. Es casi de ciencia ficción, ¡de ciencia ficción!, pero, por eso mismo, en estos dos últimos años de gobierno, sin duda vamos a ver un esfuerzo importante por construir nuevas alianzas. El gobierno es un gobierno de derecha, el presidente es un presidente de derechas, entonces, habrá una búsqueda de sus cauces naturales.

¿Qué podría hacer el presidente Funes en dos años para mejorar la economía del país, que según él, recibió en crisis cuando asumió el gobierno?

Eso es cierto y, justamente cuando este gobierno se inició, se estableció la diferencia entre la administración de la crisis y la salida de la crisis. El punto histórico del país es saber qué fuerza determina la naturaleza de salida de la crisis. Este gobierno inició administrando la crisis, pero con las mismas políticas de la derecha e inexorablemente el gobierno se convirtió en un gobierno en crisis. Al principio pensó administrar la crisis con la misma filosofía, con el mismo foco, con los mismos riñones y con la misma cabeza de la derecha. Incluso hablaron de unidad nacional. La crisis, o la resolvemos en beneficio de la mayoría, o a beneficio de las minorías. ¡No hay otro modo!, ¿ves? Hoy el gobierno es un gobierno incapaz y, por lo tanto, incapaz de elaborar una política inteligente que le de salida a la crisis.


¿Por qué dice que es un gobierno de derecha?

Aaaaah, porque la economía del gobierno es la misma economía de la derecha, es neoliberalismo. La política internacional es la misma política de la derecha, la política de relación con la naturaleza es la misma de los gobiernos anteriores. Vos no vas a calificar de otro modo a un gobierno que hace las cosas como las cosas que hace la derecha. Yo soy lo que hago, no lo que digo. En esto la gente no debe equivocarse, es clave no equivocarse. ¡Claro!, es un gobierno de derecha que busca que la gente lo mire como de izquierda.


¿Y dónde queda el FMLN en este juego de derecha e izquierda?

Es que la izquierda está en el pueblo, en el movimiento social y no en los partidos políticos. Los partidos políticos son los dueños del aparato del Estado constitucionalmente a partir de 1983 y del artículo 85. ¿Cuál es el tema?, ¿cuándo una persona es de izquierda?, cuando hace política, cuando apoya las transformaciones que vienen de abajo, cuando en su cabeza el sujeto de las transformaciones es el pueblo mismo. Si van haber transformaciones, han de hacerlas el pueblo mismo, eso te convierte en gente de izquierda. Pero el mundo de hoy es suficientemente complejo y no se puede entender en la simple relación de izquierdas y derechas.

¿Considera que hay una quiebra fiscal?

Por supuesto. Los sectores de las cúpulas empresariales no están dispuestos a dar un solo centavo para el gobierno y eso lo han demostrado. La figura mágica aquí es crisis, los seremos humanos acá estamos en crisis y es la parte más dramática y más importante: el trabajo de la gente, el salario digno de la gente, la dignidad de la gente. Si yo trabajo para una salida antipopular de la crisis, he de partir de los intereses de las empresas trasnacionales que son los dueños de la economía del país, pero yo no puedo trabajar al mismo tiempo para los más débiles y los más poderosos, eso no se puede, ¡ni en el cielo!, por eso en el cielo anda San Miguel Arcángel montado en un caballo con una gran espada y hay una tremenda lucha política. Es iluso pensar en una unidad nacional donde la diferencia entre el débil y el poderoso es tan brutal, es iluso.


En el tema de seguridad, el gobierno ha destacado una reducción de los homicidios por la tregua entre pandillas, ¿cómo analiza esta situación?, ¿piensa que verdaderamente hay una reducción?

Mirá, está fracasando el supuesto pacto con los jefes de las bandas. Ocurre que la seguridad tiene que ver con el trabajo de la gente, la salud, la vivienda, la dignidad, cuando en una sociedad existe eso, entonces, esa resulta ser una sociedad segura. La seguridad no la garantizan los policías, mucho menos el ejército. En una sociedad hay seguridad cuando la gente sabe a qué atenerse, sabe que si ocurre esto la ley reacciona de una manera y eso no existe en El Salvador. Lo único seguro en El Salvador es la inseguridad.


¿Por qué cree usted que el FMLN se quiere separar del gobierno?

El FMLN no puede distanciarse del gobierno. El FMLN necesita que el Ejecutivo adopte determinadas políticas que le permitan al FMLN un encuentro con la gente. En las últimas elecciones, la gente dejó de votar por el FMLN en una decisión muy sabia, entonces, el FMLN necesita que el Ejecutivo haga ciertas cosas, pero Mauricio no está dispuesto a trabajar para el FMLN. ¡Habrase visto!, ya me imagino lo que ha de pensar Mauricio de esto. Esto es lo que origina la discusión.

En 5 preguntas:

1. Si el FMLN quiere ganar las elecciones de 2014, ¿debe llevar como candidato a Salvador Sánchez Cerén?

Tiene que llevar un hombre que no le repita la experiencia de Mauricio Funes, donde ganaron las elecciones, pero perdieron el gobierno y perdieron su inteligencia, la razón…

2. ¿Por qué el FMLN no podría llevar como candidatos a Óscar Ortiz o a Hugo Martínez?

No sé lo que la cúpula piensa de estas dos personas.

3. ¿Qué piensa de Óscar Ortiz, sería un buen candidato?

Fijate que no madrugo electoralmente, anochezco electoralmente. Es un buen alcalde, me lo parece.

4. En ARENA, uno de los nombres es Norman Quijano….

Aaaaah, Normancito está haciendo una campaña electoral muy fuerte y yo diría que muy inteligente, sostenida y bastante interesante. Yo diría que Norman tiene importante interés en ser el candidato presidencial de ARENA, pero no sé si ARENA tiene interés que Norman sea su candidato.

5. ¿Y cómo vería una posible candidatura de Antonio Saca?

Más probable. Y lo probable vos sabés que es mucho más que lo posible.

Entrevista a Mauricio Funes en México «represento una izquierda sensata y pragmática» (tomado de: contrapunto.com.sv)

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Entrevista con el presidente durante su visita de Estado a México  

Por Víctor Flores García

Fotos: Ernesto Ramírez

MEXICO DF – El Presidente Mauricio Funes (51 años) cumplió este mes de junio dos años al frente del gobierno de El Salvador, de un mandato de cinco. En una entrevista celebrada en el marco de su vista a México, la semana pasada, el mandatario es enfático para disipar las dudas sobre su apuesta al modelo de Brasil, a una asociación estratégica con el presidente estadounidense Barack Obama y a un claro distanciamiento del presidente venezolano Hugo Chávez y los hermanos Fidel y Raúl Castro.

Experimentado en el arte de la argumentación cara a cara, Funes acepta mi propuesta de que, dos años después, recorramos las ideas que me expuso en un diálogo para la revista Milenio Semanal, días antes de ganar la elección en 2009  (http://www.msemanal.com/node/230), reproducida en aquella ocasión por  ContraPunto el día de su victoria.

La propuesta que le hice fue confrontar aquel intercambio que sostuvimos cuando manejaba él mismo su camioneta de campaña y lo acompañé como copiloto, con su nueva experiencia como primer mandatario de izquierda en el país centroamericano.

Con la imponente vista de la megalópolis mexicana, esta es la segunda entrevista-balance, celebrada durante casi una hora en la suite presidencial del piso 41 del Hotel Intercontinental, con el estímulo de varios cafés expresos y de un par de pequeños puros del tipo petit-corona. A petición de Juan José Dalton, ofrezco una versión extensa de la entrevista publicada este domingo en la misma revista mexicana.

Apasionado por la polémica de sus planteamientos retadores, el Presidente Funes reafirma su distancia con el FMLN, cuyo liderazgo ubica más cerca de Chávez y los Castro: “No sólo represento el proyecto de una izquierda moderada y democrática, después de mis dos años de gobierno diría también que represento una izquierda sensata y pragmática”.

Con una sonrisa irónica, se refiere a la “derecha radical” que mantiene el temor de que su gobierno tiene como rumbo del Socialismo del Siglo XXI, acuñado en Venezuela: “En estos dos años, mi gobierno no ha tomado ninguna decisión que haga pensar que el proyecto por el que hemos caminado se acerque al cubano o al venezolano”.

De la misma manera, no rehúsa explicar los pactos y acuerdos con un sector de la derecha, representada por el ex presidente Antonio Saca: Ese es “un sector moderado, una derecha popular, no populista, una derecha que no está comprometida con los intereses de grandes grupos empresariales y que no ven en el Estado una especie de aparato puesto al servicio del FMLN”.

En cambio, apunta hacia el sector “radical” del ex Presidente Cristiani como obstáculo. Esa derecha quiso poner en la mesa de los poderes del Estado las extradiciones de los responsables de la masacre de los sacerdotes jesuitas que encabezaba Ignacio Ellacuría, las cuales podría exigir la Audiencia Española y que Funes está dispuesto –me dijo- a cumplir la petición, si lo aprueba la Corte Suprema de Justicia: “Ese tema no creo que sea un problema para la derecha. Ese es un temor que tiene el ex presidente Alfredo Cristiani y el grupo de altos jefes militares que estuvieron comandando las operaciones contrainsurgentes durante la guerra”.

Identificar los obstáculos de los consensos nacionales dominó la conversación. El mayor obstáculo para los acuerdos y pactos nacionales que propone su gobierno de coaliciones, el mandatario los coloca en esos sectores de la “derecha radical”: “Hay sectores de una derecha política y empresarial que no tienen visión de país, muy temerosos, que quieren acabarse a como dé lugar al FMLN, y que desean que el Presidente de la República sea un socio para acabarse al FMLN e impedir que pueda ganar las próximas elecciones presidenciales”.

Y hablando de elecciones, aprovechó para enviar un mensaje abierto al FMLN “de hueso duro”, si piensa ganar las elecciones de 2014: “No basta con que a este gobierno le vaya bien, la población debe percibir que el próximo candidato presidencial que lleve el FMLN y que tenga las posibilidades de ganara las elecciones sea una especie de continuidad de este gobierno”. En otras palabras un moderado o un reformador.

Y dirigiéndose a esa población que podría estar desencantada por la ausencia de soluciones a las urgencias cotidianas, acepta el reto, que atribuye a la crisis global y la falta de acuerdos: “Con aquella herencia de 20 años, a dos años de gobierno estamos en un país donde los sectores populares dicen que estamos en un país donde la situación económica es peor que la de antes que llegara este gobierno”.

Esta es la entrevista completa, celebrada poco después de reunirse con el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, a quien le sacó el compromiso de aumentar sus inversiones en El Salvador en  300 millones de dólares.

ALIANZA CON EEUU Y BRASIL

¿Cómo ha sido su relación con el presidente Barack Obama, como mandatario de izquierdas  moderadas?

Para mi gobierno ha sido importante el lanzamiento del programa de Asociación para el Crecimiento, que ha hecho el presidente Barack Obama. La primera vez que me reuní con él, en marzo del año pasado en Washington, le dije que la mayor apuesta que podría hacer Estados Unidos era ver de manera distinta a los países que ha tratado como su traspatio. No debe vernos sólo como aliados para combatir el terrorismo y el crimen organizado, sino también para reducir la pobreza y la exclusión social. Así, se van a lograr tasas de crecimiento económico  sostenidas, que permitan reducir los flujos migratorios, y eso le conviene a Estados Unidos.

¿Ha cambiado el enfoque del tema migratorio de Estados Unidos con Obama?

Estos flujos no se reducen poniendo muros fronterizos, que siempre lo atraviesaninnerfunes1 o aprobando leyes antiinmigrantes o xenófobas, que siempre las burlan. La migración salvadoreña no se ha reducido después de las iniciativas antiinmigrantes que han promovido algunos estados, como Arizona o la matanza de migrantes en San Fernando, en Tamaulipas. Eso no ha desmotivado a los salvadoreños que siguen su ruta para llegar a Estados Unidos. Mientras no creemos oportunidades de educación, empleo y un mayor nivel de bienestar, los salvadoreños se seguirán marchando del país. Yo le decía a Obama que si quería reducir los flujos migratorios y los problemas de seguridad nacional debería ayudar a los países de donde salen los migrantes, para que no salgan más. Y esto no se logra impidiéndoles de manera represiva ingresar a Estados Unidos en busca del sueño que no pueden lograr en sus países de origen; sino ayudando a los países de origen, para que se creen las oportunidades para que no quede como única válvula de escape la emigración. Eso se busca con el Asocio para el Crecimiento con Estados Unidos.

¿Su apuesta es al Norte estadounidense o a la Sudamérica de Brasil?

La apuesta de El Salvador al corto y mediano plazo es diversificar sus destinos de exportación. Ha sido un error ver sólo hacia el Norte y en los dos años de mi gobierno hemos intensificado nuestras relaciones con economías emergentes que se han convertido en paradigmas del desarrollo, de manera particular Brasil. El modelo brasileño apuesta a reconstruir el tejido productivo brasileño y a invertir en los pobres. El presidente Lula da Silva, a través de los programas de combate a la pobreza y la exclusión social, logró en sus ocho años de gobierno que salieran de la pobreza 30 millones de brasileños, que se han convertido en clases medias. Él construyó un mercado interno más activo al que heredó, lo que hizo posible el crecimiento de la industria local. Cuando llegó la crisis de 2008-2009, Brasil fue de los países menos afectados porque no depende que sus productos los compren Estados Unidos o Europa, sino en la fortaleza de su mercado interno. Lula, mi amigo, al principio de su gobierno no le apuesta a los tratados comerciales, pero una vez consolidado el mercado interno, al fin de su mandato, los empieza a buscar. Él estaba interesado en el acuerdo con México, por ejemplo.

¿Sigue entonces inspirado en el modelo del Brasil heredado por Lula?

El brasileño es el modelo que debe seguir El Salvador. Hay que invertir en los pobres, para que ingresen al mercado interno y a la par hay que promover el desarrollo del sector agrícola y la industria local. Para eso hay que apoyar a la pequeña y mediana empresa. Por esa razón, ahora promovemos la creación de una banca de desarrollo que desapareció hace ya años en el país. Necesitamos que trabaje a partir de una agenda nacional que apoye a los sectores que lo necesitan. Volteamos al Sur, Brasil, pero no descuidamos al Norte, EEUU. Y ahora buscamos la creación de una banca de desarrollo, basada en el paradigma brasileño. Nos interesan alianzas con economías fuertes sin descuidar nuestra mirada al norte, pero a los EEUU hay que mirarlos de manera diferente.

EXTREMISTAS DE IZQUIERDA Y DE DERECHA

¿Cómo puede garantizar que el proyecto del FMLN no va a caminar por la línea del chavismo venezolano? 

Yo agregaría a la opinión que le expresé hace dos años, antes de ganar la elección, que no sólo represento el proyecto de una izquierda moderada y democrática, sino que después de mis dos años de gobierno diría también que represento una izquierda sensata y pragmática. Los extremismos y el radicalismo de un signo u otro no conducen a nada, menos en un país como El Salvador. Tanto puede ser un obstáculo al crecimiento y el desarrollo una izquierda radical, como lo puede ser una derecha radical. Hoy enfrentamos la oposición de un sector de la derecha radical, entronada en el principal partido de oposición ARENA y en las cámaras empresariales.

¿Existen razones para temer que usted se incline por el modelo de Hugo Chávez?

La derecha radical sigue teniendo temores infundados de que mi gobierno no tiene rumbo o que si lo tiene es el rumbo del socialismo chavista del siglo XXI. En estos dos años, mi gobierno no ha tomado ninguna decisión que haga pensar que el proyecto por el que hemos caminado se acerque al cubano o al venezolano.  Primero, porque las condiciones históricas no son las mismas; y, segundo, porque tenemos a la tercera parte de nuestra población viviendo en Estados Unidos. Por razones de carácter pragmático no podemos tomar decisiones económicas o políticas que nos enfrenten a Estados Unidos. Más ahora, cuando es uno de nuestros socios más importantes para nuestro crecimiento y desarrollo; ahora que entra en vigencia el acuerdo de asocio estratégico para el crecimiento. La derecha insiste en que vamos camino al socialismo del siglo XXI porque insiste en negar la realidad y quiere ver a mi gobierno como cooptado por el partido en el gobierno, el FMLN, cuyo liderazgo está más cerca de las ideas del Presidente Chávez y de los hermanos Castro que las ideas del Presidente Lula y la Presidenta Dilma Rousseff.

¿Usted ve en el FMLN la posibilidad de cambiar para no obstaculizar su proyecto político?

Las posibilidades de que el FMLN se convierta en una fuerza que no sea obstáculo al crecimiento al desarrollo existen. Creo que el FMLN ha dado señales de que ha tenido que adaptarse a las circunstancias y esto le llevó durante la campaña a modificar su discurso y hasta su visión estratégica. Cuando los dirigentes del FMLN dicen que no renuncian a la construcción del socialismo, habría que entender lo que quieren decir con socialismo. No se están refiriendo al socialismo cubano ni se refieren a lo que de socialismo puede tener Venezuela. Ellos, lo que están buscando es construir un modelo de sociedad donde se supere la pobreza, la exclusión social y haya mayor participación de la población en la toma de decisiones, que decida y viva en democracia, donde las instituciones seas fuertes.

¿Y ese nuevo modelo cómo se llamaría?

No importa cómo se llame eso. Si el FMLN es coherente en ese planteamiento y toma decisiones en el futuro acordes a esa posición estratégica, no me cabe duda que vamos rumbo a que el FMLN se pueda convertir en una izquierda democrática, no radical y menos aun alineada al Presidente Chávez y al Presidente Raúl Castro. La verdad es que, si uno analiza lo que ha hecho el FMLN en estos dos años, uno ve que el FMLN, como partido político, con la mayor bancada legislativa en el Congreso y habiendo construido una alianza con un sector de la derecha en el poder Legislativo, el FMLN no ha tomado una tan sola decisión que bloquee el proyecto político y el programa de gobierno que yo estoy empujando.

ACUERDO NACIONAL PLURALISTA

¿Existe la posibilidad de acuerdos con la derecha, en particular la escisión que encabezó el ex presidente Antonio Saca (2004-2009)?

Muchas iniciativas promovidas por este gobierno han contado con el apoyo del FMLN y de un sector de la derecha. Un sector moderado, con una derecha popular no populista, una derecha que no está comprometida con los intereses de grandes grupos empresariales y que no ven en el Estado una especie de aparato puesto al servicio del FMLN. Con ese sector de la derecha, el FMLN ha podido construir la aritmética necesaria para aprobar muchos de los proyectos que lleva al cabo este gobierno.

¿Cómo se perfila el cambio dentro del FMLN?

Más bien diría yo que son los mismos golpes que el FMLN se va dando cuando se enfrenta con la realidad lo que lo lleva a modificar su pensamiento y su proyecto estratégico y hasta su práctica política cotidiana. Mi candidatura es resultado de eso. El FMLN tuvo que fracasar estrepitosamente en las elecciones que ganó el presidente Antonio Saca y que perdió el candidato Shafick Handal para darse cuenta de que no iban a ganar la elección con un candidato orgánico. Entonces me buscan, a un candidato externo, a un outsider, no sólo ajeno al partido, sino ajeno a la política.

¿Su experiencia de gobierno llevará al FMLN a reeditar esa candidatura externa en 2014 o a ponerla en manos de un hombre de partido?

innerfunes2Ahora se dice que el FMLN está  pensando en un candidato más orgánico, más de hueso duro. En mi opinión, esa versión es un manejo interno para satisfacción de su base social, de su base partidaria. No creo que tengan la íntima convicción de que el próximo candidato tenga que ser un candidato de hueso duro, más alineado con las ideas de los presidentes Chávez y Castro. Por una sencilla razón: si a este gobierno le va bien, entonces el FMLN puede ganar las próximas elecciones. Y para que le vaya bien debe contar con la colaboración del FMLN y de las decisiones que tome en la Asamblea Legislativa. Pero no basta con que a este gobierno le vaya bien, la población debe percibir que el próximo candidato presidencial que lleve el FMLN y que tenga las posibilidades de ganar las elecciones sea una especie de continuidad de este gobierno. De lo contrario no va a ganar los votos necesarios de la población.

LOS OBSTÁCULOS

¿En estos dos años cuáles han sido los principales obstáculos  para que las promesas de un proyecto de izquierda moderada y pragmática se realicen?

El principal obstáculo ha sido la realidad que este gobierno heredó. Yo estaba consciente durante la campaña que uno de los problemas más complejos desde la administración pública al llegar a la Presidencia iba a ser la cantidad de demandas sociales y económicas no cumplidas a lo largo de las últimas dos décadas. La esperanza y la ilusión de la población en el cambio de gobierno era tal que la población, especialmente los sectores más desposeídos de la población, iban a demandar que los problemas se resolvieran de la noche a la mañana, que los problemas del bolsillo se resolvieran de la noche a la mañana. Ninguna economía que ha estado postrada durante 20 años va a resolverlos de la noche a la mañana. Al gobierno no se le puede pedir que los problemas acumulados, incubados y profundizados durante 20 años. Y los problemas económicos ni sociales, mucho menos el problema de la delincuencia.

¿Cómo define el país que recibió?

Nosotros recibimos un país desestructurado y uno solo puede plantearse resolver los problemas sobre la base de lo que recibe. Nosotros hemos tenido que dedicar cerca de dos años a ordenar la casa. Una vez ordenada, como creemos que la tenemos, podemos comenzar a hacer las mejoras de esa casa de tal manera que quienes vivan en ella, logren mayores niveles de bienestar. Recibimos un país totalmente quebrado, sin recursos, con problemas de caja, recibimos un país con todo el aparato productivo desarticulado, porque el modelo económico que adoptó la derecha que fue derrotada no tomó en ningún momento como prioridad el desarrollo de la base productiva nacional. Se decía que durante los primeros años del presidente Alfredo Cristiani (1990-95) la idea era crear una sólida base productiva, pero no se tomaron decisiones en ese sentido; por el contrario, se desarticuló el campo, se llevó a cabo una política con un claro sesgo anti agrícola y anti agrario.

¿En ese marco, qué puede causar que se logren consensos en el país?

Los consensos los impide la obstinación de la derecha radical. Nos encontramos con un sector agropecuario sin acceso al crédito ni a la tecnología, sin capacidad para producir. Nos encontramos con 340.000 unidades productivas campesinas dedicadas a la subsistencia sin apoyo por parte del Estado para salir de ese nivel de subsistencia. Se les entregaba semilla y fertilizantes pero se hacía con un criterio clientelar de búsqueda de votos, y muchas veces no se entregaba a quien lo necesitaba, sin acceso al crédito y la tecnología. Mi gobierno, con apoyo del gobierno brasileño y el organismo de la ONU para la alimentación, la FAO, impulsa un programa similar al de Brasil llamado Programa de Agricultura Familiar. Mantenemos el subsidio, pero no sólo eso, sino poner el crédito con la tasa de interés más baja de la región, de 6 por ciento de interés, que en la banca comercial no existe, con seguro de 100 por ciento contra pérdidas por desastres naturales.

Pero eso lo hace su gobierno en solitario, sin los consensos nacionales que le den largo aliento…

Sí, porque no hemos encontrado acompañamiento de parte del sector privado. Otro ejemplo: el plan de vivienda Casa para Todos, una de mis ofertas de campaña. Buscamos apoyo en la banca privada y nos encontramos con que no había crédito ni para las constructoras, ni para acceder a la vivienda.  Por eso debemos crear una banca de  desarrollo que facilite el crédito de sectores que no tienen acceso al crédito tradicional. Ese es el país que recibimos.

LA SOMBRA DEL DESENCANTO

¿Existe la posibilidad de un desencanto en la población ante promesas incumplidas?

Con aquella herencia, a dos años de gobierno estamos en un país donde los sectores populares dicen que estamos en un país donde la situación económica es peor que la de antes que llegara este gobierno. ¡Claro que es peor que la de antes! Porque los precios internacionales del petróleo se han disparado y nosotros importamos el cien por ciento del petróleo que consumimos; además, los precios de los mercancías tradicionales y las materias primas se han disparado y nosotros dejamos de ser productores de alimentos; importamos el 70 por ciento de arroz, 35 por ciento del frijol, casi la totalidad de las hortalizas, frutas y verduras que consumimos se importan. Tenemos que comprarlas a los altos precios de los mercados de donde se importan. Hemos encontrado incluso dificultades para comprar caro, como el frijol. La gente ve que los problemas de su bolsillo no se resuelven; pero no cae en la cuenta de que si tuviéramos un tejido productivo propio y consolidado, la realidad sería al contrario, el aumento internacional de los precios de los alimentos y materias primas nos habrían favorecido. La gente está viendo que no se le resuelve el problema del empleo; pero recibimos un país que perdió cerca de 40.000 empleos como resultado de la crisis de 2009 y ya hemos recuperado la mitad de estos. Para eso necesitamos flujos de inversión privada. En nuestro país hay capitales que están invirtiendo; pero no en El Salvador, sino fuera de Centroamérica.

En su discurso de dos años de gobierno ante el Congreso, usted comenzó hablando de la necesidad de diálogo y de consensos. ¿Cómo espera lograr el pacto nacional para la institucionalidad democrática que usted propone?

Hay que añadir que es un pacto para la productividad, para la armonía y para la convivencia democrática. Porque estamos en un punto en el cual, si no nos despojamos de nuestros intereses, sean de grupo o de partido., y si no trabajamos bajo una visión de unidad nacional no sacamos adelante el país.

¿Existe la posibilidad de una quiebra de las finanzas públicas, un cese de pagos podría obligar a todos a ese consenso?

Lo hemos planteado. Nos encontramos con un país altamente endeudado. El nivel de deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto sobrepasaba el 45 por ciento. (El PIB de El Salvador es de unos 21.000 millones USD)

Presidente, el endeudamiento público es ahora más del 50 por ciento del PIB…

¡Claro, porque tuvimos que contratar créditos! ¿Cómo financiábamos los programas sociales? La primera apuesta fue a ordenar la casa; primero combatimos la vulnerabilidad de los sectores más deprimidos que están padeciendo la crisis, pagando el costo mayor; nos lanzamos a trabajar con ellos. Iniciamos el plan de vivienda social, el plan Casa para Todos, el Programa de Apoyo Temporal al Ingreso dirigido a jóvenes, y jefas de hogar en los municipios más pobres del país; la pensión básica universal para adultos mayores de 70 años que nunca han cotizado en su vida y no tenían accesos a una pensión. Mantuvimos el acceso al subsidio al gas y lo focalizamos, sacando a aquellos sectores que pudiesen pagar  a precio de mercado; mantuvimos el subsidio al transporte para que no se dispararan las tarifas; mantuvimos el subsidio a la energía eléctrica, aun cuando el 48 por ciento de la energía que producimos es generada a base de combustible fósil, encarecida por el aumento a los precios del petróleo. Ahora que hemos atendido las urgencias de los sectores más vulnerables es el momento de lanzarnos a apoyar el crecimiento productivo del país.

¿Pero qué pasa si los acuerdos siguen ausentes…?

… Lo que pasa es que tenemos que buscar los recursos fiscales. Tenemos uninnerfunes3 país con una de las cargas tributarias más bajas de la región. No llegamos ni siquiera al 14 por ciento del PIB.

Usted se ha propuesto elevarlo en cinco puntos al final de su mandato…

Esa es la meta, pero para ello debemos vencer las resistencias del sector privado y de las cámaras empresariales. Por eso, mi llamado es a un pacto por la productividad, la armonía y la convivencia democrática. Va dirigido no sólo a los sectores sociales que entienden que no basta con ponerle presión al gobierno, porque harían quebrar al gobierno, pero los sectores productivos deben entender también que deben dar un aporte mucho mayor. Hemos planteado  para los próximos meses la construcción de un pacto fiscal, que va avanzando entre dificultades.

Todo eso ocurre en el marco de un grave problema de seguridad pública…

Hicimos un diagnóstico de la seguridad pública y nos dimos cuenta de que necesitamos una estrategia que implica un presupuesto extraordinario que para los próximos años es del orden de los 380 millones de dólares. Es lo que hace falta para fortalecer nuestras policías, la capacidad del ejército en el terreno, fortalecer la seguridad pública, el trabajo de inteligencia policial, perfeccionar los  fiscales y aparatos de investigación, disputar el territorio a las pandillas y llevar a cabo algo único en su género de reclutamiento entre 16 y 24 años. Esa es una nueva modalidad de servicio de protección civil sin armas, donde los jóvenes percibirían un salario y los sacamos del semillero de las pandillas. Y ese dinero sólo puede venir de dos vías: préstamos y cooperación que se agotan o de un propio esfuerzo sobre la base de aumentar la carga tributaria. Por eso he planteado un presupuesto extraordinario de seguridad para los grandes patrimonios, valuados arriba de los 500.000 dólares, patrimonios libres de pasivos y de deudas. Pero esa idea ya comenzó a tener resistencia de parte de los empresarios.

EL TEMOR DE LA DERECHA RADICAL

¿Cuál es el principal obstáculo a remover para lograr ese pacto?

En el proceso de toma de decisiones políticas del país hay sectores de una derecha política y empresarial que no tienen visión de país, muy temerosos, que quieren acabarse a como dé lugar al FMLN. Esa derecha desea que el Presidente de la República sea un socio para acabarse al FMLN e impedir que pueda ganar las próximas elecciones presidenciales. Hay que hacer entender a esta derecha radical que puede tener otra visión, que puede ser oposición, pero necesitamos una oposición que construya puntos de entendimiento. Y ese es el obstáculo que habrá que remover.

¿La posibilidad de derogar la amnistía que se decretó al final de los acuerdos de paz de 1992, de parte de la Sala Constitucional del poder Judicial puede ser un factor que impide los acuerdos?

La amnistía no es ningún problema. En primer lugar, los delitos de lesa humanidad no están amnistiados. El caso de los jesuitas masacrados en 1989 y el asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero (1980) no lo cubre la amnistía, la amnistía no protege a quienes cometieron abusos de poder en el pasado y perpetraron delitos de lesa humanidad. No los protege.

¿Usted extraditaría a los militares que son procesados en la España por el caso de los jesuitas?

Con o sin amnistía, si la orden de detención decretada por el juez Eloy Velasco de la Audiencia Española se hace efectiva en el país, esos 20 jefes miliares van a tener que ser detenidos por la policía, siguiendo un procedimiento que viene desde la Interpol y vamos a tener que solicitar la autorización de la Corte Suprema de Justicia para decidir si se pueden o no extraditar. Así es.

¿El tema de las extradiciones es un problema para la derecha que acepte acuerdos con usted?

No creo que eso sea un problema para la derecha. Ese es un temor que tiene el ex presidente Alfredo Cristiani y el grupo de altos jefes militares que estuvieron comandando las operaciones contrainsurgentes durante la guerra. Lo dijo el mismo partido ARENA cuando modificó el procedimiento de la Sala Constitucional para que sus acuerdos ya no fueran por mayoría calificada, cuatro de cinco jueces, sino por consenso de cinco. ARENA dijo que la Sala de lo Constitucional le había dado garantías de que la ley de amnistía no se declararía inconstitucional y que, por el contrario, se iba a defender y a proteger.

Presidente, le quedan tres años por delante, ¿cómo quiere ser recordado cuando terminen esos tres años?

Como un presidente que institucionalizó una nueva forma de ejercer el poder desde el Estado, un presidente que no sirve a los intereses corporativos de grupos económicos, ni a los intereses partidarios, sino que a los intereses del país. Como un presidente que aun cuando fue candidato de un partido de izquierda, y tiene una trayectoria de izquierda ha logrado entendimiento con sectores de la derecha, y ha podido gobernar con la derecha. Como un presidente a quien no le interesa defender  las visiones ideológicas que están detrás de las decisiones que se toman, sean de derecha o de izquierda, sino que lo importante es que sea de interés nacional. Como un presidente que logró reconstituir el tejido productivo del país y que pudo sacar a muchos pobres de la pobreza, dándoles capacidad de consumo y un mayor nivel de bienestar. Un presidente que pudo reducir los niveles de delincuencia que heredó.

La relación Narco – Estado en El Salvador, la nube se disipa gracias a publicación de ElFaro.net

Funes admite conexiones del ‘narco’ con el Estado salvadoreño

El periódico digital ‘El Faro’ ha desvelado la existencia del cartel de Texis

JUAN JOSÉ DALTON //elpais.com

El Salvador y el narcotráfico

El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, en un acto político el lunes- ROBERTO ESCOBAR (EFE)

Lo que nunca hicieron anteriores gobernantes en El Salvador, lo ha hecho el actual presidente Mauricio Funes al reconocer públicamente la existencia en su país de un cartel de narcotraficantes que tiene nexos con la institucionalidad del Estado, así como con las pandillas maras, y sirve de trampolín para catapultar la cocaína desde Colombia hasta Estados Unidos, donde el mercado está asegurado.

  Funes confirmó a periodistas locales y extranjeros, en un foro periodístico internacional celebrado el lunes, la existencia de una amplia red de narcotráfico en la zona norte y noroeste de El Salvador, llamada cartel de Texis -relativo al municipio norteño de Texistepeque- en la que están implicados empresarios, alcaldes, diputados, policías y jueces. Asimismo, aseguró que también se indaga acerca de la presencia en esta nación del grupo narcotraficante y de sicarios conocido como Los Zetas, de México, que tiene presencia activa en la vecina Guatemala.

El mandatario confirmó, pero al mismo tiempo fue cauteloso, la publicación de un extenso reportaje del periódico digital El Faro, que desvela la existencia y la actuación del cartel, el cual estaría encabezado por dos empresarios, José Adán Salazar Umaña, alias Chepe Diablo, y Roberto Antonio Herrera, alias El Burro.

El Faro asegura que las investigaciones policiales sobre este cartel datan del año 2000 y en ellas han participado progresivamente cinco exdirectores de la Policía Nacional Civil (PNC), así como el actual, Carlos Ascencio, quien, al parecer, tiene instrucciones de ponerle freno. Las investigaciones dan cuenta de que el actual alcalde del municipio de Metapán, Juan Umaña Samayoa, del conservador Partido de Conciliación Nacional (PCN), también es señalado como dirigente del cartel delictivo.

El periódico indica que sus fuentes son de la inteligencia del Estado y que ha realizado un minucioso trabajo de investigación de más de cuatro meses. Los informes de la Organización de la Inteligencia del Estado (OIE) contarían con la cooperación de la policía salvadoreña y de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), fuentes que sostienen que la droga que maneja el cartel de Texis pertenece a grupos ilegales de Colombia, que también están enraizados en Honduras.

En el cartel de Texis estarían involucrados, además, varios jueces, un exdirector de la policía, así como tres comisionados en activo y varios jefes de la delegación y subdelegación de PNC. Un jefe de la misma PNC, que prefirió el anonimato, apuntó a EL PAÍS que todos los mencionados en el reportaje de El Faro están actualmente bajo investigación, incluido su exdirector José Luis Tobar Prieto, quien estuvo en el cargo hasta 2009, cuando se produjo el cambio de Gobierno, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) al izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Otras figuras que aparecen señaladas son el diputado del Partido de Conciliación Nacional, Reynaldo Cardoza; la exgobernadora departamental de Santa Ana y candidata por ARENA a la alcaldía de esa ciudad, Patricia Costa de Rodríguez; el alcalde de Texistepeque, Armando Portillo Portillo; y el exdiputado del Partido Demócrata Cristiano (PDC), José Salvador Cardoza, entre otros políticos activos.

Esos informes y declaraciones revelan que el cartel de Texis lleva siendo investigado por la policía desde hace más de diez años, pero «hubo dificultades» para detener a sus integrantes y la fiscalía no ha podido o no ha querido judicializar los casos, dice el reportaje de El Faro, medio que recientemente recibió en España un Premio Ortega y Gasset de periodismo.

Funes no quiso ahondar en detalles sobre este asunto, en una entrevista que en San Salvador le hizo la periodista mexicana Carmen Aristegi, de CNN, que participa en esta capital en un foro internacional de periodistas. Funes aseguró que durante su Administración el Estado salvadoreño, a través de la policía, ha estado investigando «de forma profusa y minuciosa» y que las investigaciones se pondrían en manos de la fiscalía sin menospreciar quién resulte involucrado.

«Yo no puedo dar cuenta de lo que han hecho administraciones anteriores y por qué en administraciones anteriores no se ha avanzado», dijo Funes, que añadió que la responsabilidad de llevar el caso a la justicia, si se encuentran las suficientes pruebas, corresponde a la Fiscalía General de la República (FGR) y al Órgano Judicial.

La presidencia de la Corte Suprema Justicia (CSJ) emitió un comunicado el lunes en el que informó de que se indagará para determinar si es pertinente abrir una investigación a los jueces mencionados en el reportaje como cómplices del cartel.

Propuesta para modificar la calidad de vida en los municipios, entrevista con Ramón Villalta

«Los gobiernos municipales ganan con menos del 50% de los votos y la población no se siente representada»

El titular del Movimiento para el Desarrollo Solidario asegura que los concejos municipales plurales son vitales para fortalecer la democracia, profundizar en la transparencia y elevar el nivel de la calidad de vida de los ciudadanos.

¿A qué se refiere con concejos municipales plurales?

Básicamente la pluralidad implica la presencia de más de un partido político en un concejo municipal. Los gobiernos municipales se ganan con menos del 50% de los votos, es por ello que la población no se siente representada.

Pero actualmente hay coaliciones entre partidos

Sí, no tenemos registrados cuántos municipios funcionan así, pero no existen porque esté plasmado en una reforma electoral, es necesario que se dé la reforma, ya que con la presencia de más de un partido político en los concejos municipales se fortalece la democracia, se garantiza la transparencia porque hay más control de cómo se utilizan los recursos en las gestiones y de esa forma se eleva la calidad de vida.

Pero esa iniciativa, como ustedes dicen que empezó en 1994, cuando Armando Calderón Sol y Rubén Zamora, ambos candidatos a la presidencia, firmaron un pacto de reforma al sistema electoral debido a fallas en el mismo, no ha avanzado

Como se ha mantenido por 16 o 17 años, como hemos dicho no es una iniciativa nueva, tiene 17 años de estar en discusión, como toda la reforma electoral. En El Salvador, todos los temas orientados a reformar la reforma política electoral han sido temas que vienen de hace años y se han identificado a la luz de los resultados de las elecciones y los procesos electorales de cómo han funcionado.

Creemos que El Salvador está en un proceso de cambio y la presión por fortalecer la democracia se siente cada vez más y existe ahora un profundo debate que orientan a modernizar y democratizar el sistema electoral.

¿Ante esto, cree que hay madurez política para avanzar con esta iniciativa?

Hay que tomar en cuenta que El Salvador no ha tenido vivencia democrática y ha vivido una cultura política del autoritarismo, se ha excluido a la ciudadanía del ejercicio político, por lo que es necesario cambiar patrones de cultura política, pero no vamos a negar que hay ciertos niveles de avances en materia de cultura política, pero se tiene que fomentar la cultura del entendimiento

¿Ve interés en los partidos políticos de hacerlo?

Hay debate, no hay manifestación de rechazo, lo hemos encontrado en ARENA, en el FMLN, en GANA, en el PCN es donde hemos encontrado un poco más de resistencia, lo indicado sería obtener un respaldo de todos los partidos políticos

¿Qué tanto interés, porque pueden decir que lo estudiarán y pasar así muchos años?

Como dije no es una iniciativa nueva, pero hay señales de interés, como que ahora el tema está en discusión. También es importante tomar en cuenta el surgimiento de las sanciones de la Corte Suprema de Justicia como una nueva forma de actuar de otras entidades del Estado que anteriormente no lo habían hecho viene a abonar a esta ola de debate que hay y que obliga cada vez más a que la Asamblea tenga que pronunciarse y tomar decisiones.

 

¿Pero entonces no es interés de los partidos políticos, sino que tiene que venir otro órgano a sentarlos en la silla, por decirlo así?

Vaya, ahora la posibilidad que hayan candidaturas independientes no es voluntad, por sí misma, de la Asamblea, es una obligación que tiene que cumplir para que esto pueda proceder, es decir cada vez más la obligatoriedad de avanzar en la reforma se viene generando, por lo tanto creemos que en alguna medida ese interés se combina con la obligatoriedad que se está generando mediante mecanismos de carácter legal y si asiste a esto una presión de la sociedad civil se puede generar un ambiente más favorable para poder avanzar en esto, entonces esta reforma no depende solo del poco o gran interés que puedan tener los partidos políticos, sino que en buena medida depende de ese interés, pero también depende de las actuaciones de las otras instituciones del Estado y de la actuación de las organizaciones de la sociedad civil tengan.

 

Cree que la falta de actuación de los partidos políticos en esta reforma es por miedo a perder el poder o falta de conocimiento al respecto

El Salvador no ha tenido una vocación democrática, no ha tenido una tradición democrática, ha estado determinado por las características propias de una cultura política autoritaria en la que se ha creído que la política es un espacio propio de los políticos, que los ciudadanos solo sirven para ejercer el voto, pero no para ejercer algún tipo de control, ni de poder participar en nada que tenga que ver con gestión pública, una autoexclusión de la ciudadanía de abandonar el espacio público. La democracia exige el desarrollo de gestiones públicas mucho más plurales, precisamente nuestra Constitución así lo establece, nuestro sistema de gobierno es representativo y es plural, pero ese principio en la medida que prevalecen estos rasgos de autoritarismo no puede avanzar a un ejercicio efectivo de pluralidad política, sí creemos que se generan algunas condiciones

 

Una de esas condiciones sería que los alcaldes y sus concejales tengan el conocimiento necesario para respaldar una reforma de este tipo, ¿no se tiene ese conocimiento?

Esto exige procesos de cambio de cultura política y por tanto procesos de formación, de educación, de sensibilización y de involucramiento de los actores en el desarrollo de nuevos mecanismos concretos y prácticos de democracia, abrir gestión pública al acceso y a la información para que el ciudadano conozca como se gestiona el municipio son prácticas elementales. La democracia no solo se construye en las aulas, sino en la práctica misma

 

Pero ese es un trabajo que tienen que realizar los partidos políticos desde las bases

Por supuesto, implica procesos de cambio, de transformación de los partidos, lo que implica reformas que orienten el desarrollo de los partidos políticos como verdaderas instituciones políticas que no solo buscan el acceso al poder, sino que buscan representar adecuadamente los intereses de los grupos que dicen representar, pero que también buscan generan conciencia cívica, nuevos cuadros, líderes, liderazgo político, cosa que no tenemos en nuestros partidos políticos. Efectivamente los cambios son a largo plazo, pero los cambios hay que iniciarlos y ahora creemos que hay condiciones para ello.

 

En todo esto hay tres términos que dan vuelta, interés político, voluntad política y madurez política, si no se tienen no podemos avanzar

Sí, obviamente necesitamos un proceso de transformación profunda, no solo en materia electoral, necesitamos fortalecer la capacidad de la institucionalidad de gobierno y del Estado en general. Hay que respaldar a la Corte Suprema de Justicia con la labor que está realizando ahora, nunca antes habíamos tenido una institución de esta naturaleza como ahora y creemos que estos cambios están provocando reacciones, no solo en el mundo político, sino en distintos sectores, porque no hemos estado acostumbrados a ver una Corte actuando de manera independiente. A mí me puede gustar o no la resolución, pero si lo hace sin la presión de otro ente del Estado o determinado por los intereses de los partidos políticos, quiere decir que esa es la institucionalidad a la que debemos de apostar a desarrollar.

 

¿Y cómo ve la actuación de la Asamblea Legislativa?

Si tuviéramos una Asamblea Legislativa que verdaderamente legislara sobre la base del interés del bien común y no solamente sobre la base del interés de los partidos políticos o de grupos de interés de su partido, tuviéramos una Asamblea distinta. Debemos de aspirar a ir avanzando en ese sentido y obviamente la institucionalidad debe mejorarse para que el ciudadano reciba mejores servicios y que eso le signifique cambios en la calidad de vida. Es decir la reforma política de la que hablamos no es tan simple que busca nada más transformar esa condición de democracia, es que busca mejorar la calidad de las instituciones y eso tiene que ver con elevar la calidad de vida de las personas, estamos hablando del desarrollo social, económico, ambiental, cultural del país, por tanto de los municipios, pero repito no son cambios fáciles, pero cada vez más estos cambios se convierten en exigencias y casi obligaciones que los partidos tienen que ir asumiendo y adaptando. La historia está avanzando, la historia está caminando y los partidos políticos si no se suman al tren de la presión que la historia está haciendo ahora terminarán quedándose y serán los resultados electorales mismos los que irán eliminando a los partidos políticos que no se comprometan con hacer avanzar, porque la ciudadanía cada vez está elevando más su nivel de cultura política.

Dagoberto Gutiérrez: “Este Gobierno necesita que la población lo mire como un gobierno de izquierdas”

Dagoberto Gutiérrez, analista político, opina sobre el primer año  de gestión del Presidente Mauricio Funes. Foto Diario Co Latino/Josué  Parada
Dagoberto Gutiérrez, analista político, opina sobre el primer año de gestión del Presidente Mauricio Funes. Foto Diario Co Latino/Josué Parada

Gabriela Castellón
Redacción Diario Co Latino

El analista político, y catedrático de la Universidad Luterana, Dagoberto Gutiérrez, se quita la gorra que lleva puesta este sábado lluvioso, toma asiento y acomoda su taza con café. No dice una sola palabra, está a la espera de las preguntas. Sin embargo,  de inmediato se reflejan en su rostro las ganas de expresar sus opiniones. Critica la relación entre el Órgano Ejecutivo y el Legislativo, pero hace énfasis en la (no) relación que tienen el FMLN y el Presidente de la República, Mauricio Funes. Para el analista, el Ejecutivo está gobernando con el apoyo de las derechas, y necesita que la población lo mire al lado de las izquierdas.

– ¿Cómo ve la relación, en este primer año de gobierno, entre el órgano Ejecutivo y el Legislativo?
La relación entre el poder Ejecutivo y el poder Legislativo es la que corresponde a la relación entre el primer poder del estado, que es el Ejecutivo, y el poder que vota las leyes que hace el Ejecutivo. El Ejecutivo es el Gobierno, quien dirige la política del país, en donde se encuentra el gabinete, donde se hace el presupuesto. El legislativo es un órgano de correlación, pero que no decide las políticas, y tampoco hace la ley. Ahora bien, esa relación cambia en cada gobierno. El actual gobierno es un gobierno sin partido. Gana las votaciones, con la esperanza de la gente de que sería un gobierno de izquierdas, pero gobierna con los partidos de derecha. Eso determina la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. En este caso, un gobierno sin partido.

– Sin embargo, el presidente Funes está cumpliendo con el plan de gobierno del FMLN
El FMLN no tiene absolutamente nada que ver con el Gobierno. Ni el gobierno tiene absolutamente nada que ver con el partido FMLN.

– Y si el FMLN no tiene nada que ver con el Gobierno, ¿qué significa la presencia de cuadros importantes del partido dentro del gabinete?
Has usado la palabra correcta: pre-sen-cia. El FMLN tiene presencia, pero los ministros de Mauricio, que vienen del FMLN, son ministros de Mauricio, y no del FMLN. El FMLN no tiene ministros. Todos los ministros son del Presidente. Y el FMLN tiene ¡presencia! Pero no es ni partido de gobierno, ni partido en el gobierno. Es un drama político.

– En relación al trabajo legislativo, la cantidad de vetos y observaciones que el Presidente ha realizado, y ese ‘choque de posturas’, ¿podría relacionarse con algo positivo, en el sentido de que hay un constante cuestionamiento?

Mauricio fue candidato del FMLN en la campaña presidencial, pero no lo representó en ningún momento. Y, una vez en el Gobierno, el poder Ejecutivo negoció con quien tenía que negociar: con los partidos de derecha. La diferencia entre el partido FMLN y el Gobierno no tiene que ver con la política. No hay diferencias en la política. Probablemente tampoco en lo ideológico. Las diferencias tienen que ver con los espacios.

– Cuando habla de espacios, ¿a qué se refiere?
Con los espacios en la distribución de los cargos de la administración pública. No son problemas políticos.

– ¿A comparación de la relación de las bancadas anteriores, con su partido en el gobierno…
Es que ARENA sí fue partido en el gobierno. ARENA se fundió con el gobierno, y era el partido del Presidente. El presidente no era el partido de ARENA, ARENA era el partido del Presidente. Entonces, la relación con la Asamblea Legislativa era diferente. En este caso no, el Presidente no tiene partido. Pero el partido que lo llevó de candidato tampoco tiene presidente. Mauricio no es el presidente del FMLN, ni el FMLN es el partido del Presidente. Con relación a los gobiernos de ARENA, hay una sola diferencia: este Gobierno necesita que una parte de la población lo mire como un gobierno de izquierdas. Los gobierno de ARENA no necesitaban eso, porque ellos eran un gobierno de la oligarquía, y punto. Pero este gobierno sí necesita. Al ocurrir esto, eso les da oxígeno, incluso internacional, prestigio internacional.

– ¿Cómo ve el tema de los vetos y las constantes observaciones?
Es justamente por eso, porque el Presidente no tiene partido. Y la derecha, en cada tema, pone precio político.

– En relación a los vetos y las observaciones, algunos de los dirigentes del FMLN han expresado que es un mecanismo  ‘sano’, que es bueno que el partido no le de todo el poder al Ejecutivo.
El FMLN no tiene absolutamente nada que ver con el Gobierno. Lo que el Gobierno decide, no tiene nada que ver con el FMLN. Esto es importante entenderlo. No es una ruptura, porque nunca hubo matrimonio. Acá nunca ha habido nada.  El pueblo debe saber que es mejor un fin espantoso, que un espanto sin fin.

– En el caso de las iniciativas, que hasta el momento ha impulsado el ejecutivo, ¿cree que ha sido suficiente o debería tener más presencia en la Asamblea?
El régimen político del país supone la colaboración de los tres poderes, y deben estar relacionados siempre. En ocasiones, con presión; en ocasiones, con simple relación. La ley, por ejemplo, no se hace en la Asamblea Legislativa, la hace el Presidente que sanciona lo que se hace en la Asamblea.

¿Pero, hasta el momento, cómo ha visto esa relación?
Normal. Natural. El Presidente no tiene problemas, porque tiene el apoyo de las derechas y no necesita del partido FMLN.

Jorge Dalton:»La ofensa más grande hecha al poeta Roque Dalton la ha hecho el gobierno»

Entrevista con el cineasta Jorge Dalton, hijo del poeta Roque Dalton (1935-1975).

Por Tomás Andréu / Fotografía Carlos Figueroa

SAN SALVADOR – Sin tapujos, Jorge Dalton no esconde su enojo e indignación por la presencia de Jorge Meléndez, alias Jonás durante la guerra, en el gobierno de Mauricio Funes. La familia Dalton identifica a Meléndez como uno de los principales involucrados en la desaparición del poeta que salió de Cuba en 1973 para incorporarse al grupo insurgente que terminaría eliminándolo: el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

El cineasta afirma que las denuncias públicas hechas por la familia Dalton, son el resultado de la indiferencia que han recibido de parte del gobierno, en el cual están miembros de la cúpula del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL).

“El gobierno de derecha jamás tuvo ningún funcionario relacionado con el crimen de monseñor Romero ni de Roque Dalton” afirma el cineasta Dalton, y añade que “este gobierno sí tiene ese oscuro lunar, el cual nosotros repudiamos y creo que debe ser repudiado por toda la sociedad salvadoreña”.

Jorge, se cumplirán 75 años del nacimiento de Roque Dalton, si la sombra de los asesinos no hubiese llegado, ¿cómo crees que hubiese celebrado tu padre?

Hablar de una persona que esta muerta, lo que pudiese estar haciendo ahora siempre me ha parecido muy difícil de poderlo expresar. Pienso que él seguiría siendo, por su compromiso, un gran poeta, eso es lo único que te puedo decir con seguridad, porque yo conocí quién fue mi padre. No puedo revelar otra cosa nada más que esa seguridad.

Es bastante curioso oírte decir que hubiese sido un gran poeta, en el país se habla mucho de Roque Dalton, pero ¿crees que hay una conciencia en el colectivo salvadoreño sobre quién es Roque Dalton y su obra?

No, realmente todavía no hay un encuentro real con la vida y obra del poeta Roque Dalton porque hay un gran desconocimiento de su pensamiento político y también hay un gran desconocimiento de su obra poética, su obra literaria, toda su vida intensa como intelectual de gran calibre. Yo creo que eso para los salvadoreños es un motivo de orgullo porque en un país tan pequeño como en El Salvador, en una época tan especial como fue en los finales de los 50 y principios de los 60, que un escritor nacido en un país con muchas carencias culturales, económicas, haya dado una figura como Roque Dalton y que haya sido parte de todo ese boom literario-intelectual que se gestó en la década de los 60 junto a Julio Cortázar, Mario Benedetti, Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Goytisolo, Santiago de Melo, Juan Gelman, Eduardo Galeano, Heberto Padilla, todo ese boom de los 60 que surgió, habría que ver cómo estaba el mundo en ese momento, la plena guerra en Vietnam, el movimiento hippie, el mundo estaba en una etapa muy cambiante, el mundo estaba en un momento álgido con la Guerra Fría, la Revolución Cubana acababa de surgir, entonces mi padre inmerso en todo ese boom literario, no pudiese haber sido considerado por parte de todo este grupo si mi padre no tuviera un dominio de la palabra, y un generador de todo un pensamiento.

Pero toda esta dimensión de la cual yo habló, creo que en la gran mayoría de los salvadoreños es desconocido, los políticos por su puesto y en este caso me refiero a la parte de la izquierda, han sido muy ignorantes, lo han alzado muchas veces, bajo conveniencias, lo han alzado como banderas de acuerdo a las conveniencias que ha habido en las diferentes épocas, pero son grandes desconocedores de su obra literaria y la dimensión de lo que es verdaderamente Roque Dalton.

En otras conversaciones te he escuchado decir que a pesar de que existe la obra de Roque Dalton en el país, ha sido desconocida y poco estudiado, pero eso no sucede en Cuba…

No sucede eso en Cuba porque mi padre influenció a varias generaciones de escritores en Cuba y como Cuba era en ese momento como un punto de encuentro muy importante en los años 60 y 70 con el surgimiento de la creación de Casa de las Américas, el surgimiento de instituciones culturales creadas por la revolución y conducidas también por diferentes personalidades de la intelectualidad latinoamericana, entonces mi padre puso en práctica estando en Cuba toda esa experiencia y pudo influenciar a varias generaciones de escritores, incluso me atrevo a decir que su obra contribuyó incluso a  influenciar lo que se llamó posteriormente el movimiento de la nueva trova, porque la nueva trova básicamente proviene de la poesía y también de la música tradicional cubana, entonces mi padre fue muy valorado y conocido en Cuba.

Un ejemplo: mi padre, aún estando vivo, en los planes de Educación en Cuba se leía la obra de Roque Dalton y mucha gente conocía la poesía de Roque Dalton porque estaba impresa en los libros de educación, en la escuela primaria y secundaria. Sin embargo, aquí en El Salvador que yo sepa no está en los planes de educación, ni está el conocimiento. Los cubanos, cuando yo iba a la escuela conocían de Martí, conocían de Vallejo, de Miguel Hernández y conocían de Roque Dalton.  Mi padre también era conocido en Cuba en las calles, tuvo una vida tan intensa en Cuba y por eso es tan querido y tan valorado por los cubanos de la Isla y por los cubanos que están fuera también.

Hablando de la obra y lo político ¿Cómo ves el proceso que surgió de publicar la poesía completa de Roque durante una administración de derecha, pero que luego cambia el escenario político, llega la izquierda y en está izquierda aparece un sospecho del asesinato de Roque Dalton, parece como que tu padre no se salva de las paradojas?

Es cierto, pero yo no le veo tanto el asunto de la derecha o la izquierda en el caso de la publicación. También hubo un interés de varias personas de hacer ver, sin tener ese marcado interés político, porque eso se debió también a varios factores que habían en el gobierno anterior donde no todo el mundo era de derecha, eso es también un gran error decir eso, hay gente que si era de derecha y propició eso, estuvo de acuerdo en impulsar la obra de mi padre a través de estas publicaciones, pero también hubo otros factores y otras personalidades que estaban allí que no eran precisamente de derecha, que habían sido invitados a estar en el gobierno y no por su calidad política, ni nada, sino por su calidad intelectual, por sus meritos como trabajador y su experiencia.

En definitiva en este gobierno de izquierda, que se supone debía de haber una reivindicación y desde el primer día, con relación a mi padre, resulta ser que tenemos dentro de este gobierno a uno de los máximos involucrados en el crimen de mi padre, que es, te lo digo, no tengo una manera más suave de hablar, es la ofensa más grande  que se le haya hecho al poeta Roque Dalton y a la familia del poeta después de 35 años de su asesinato. El gobierno de derecha jamás, que yo recuerde en el gobierno anterior que es el que más yo conozco, no tuvo ningún funcionario relacionado con el crimen de monseñor Romero ni de Roque Dalton. Pero este gobierno sí tiene ese oscuro lunar, el cual nosotros repudiamos y creo que debe ser repudiado por toda la sociedad salvadoreña.

¿Y cómo ves que quien encabeza el gobierno, Mauricio Funes, también cita a Dalton como un referente espiritual?

Supongo que él como Presidente, que yo sepa, es un hombre con un pensamiento de izquierda muy consciente y tiene un conocimiento de quién es realmente Roque Dalton, yo supongo no solamente por ser el Presidente sino también por ser un periodista de mucho prestigio. Esa mención a mi padre, en los discursos, foros internacionales, incluso, lo hace con una conciencia a sabiendas de quién es la figura, de lo que significa, pero no se corresponde eso con esta acción de nombrar a una figura estrechamente vinculada con el crimen de Roque Dalton.

No sé quién está detrás de ese nombramiento, no sé, pero nosotros como familia estamos pidiéndole al gobierno una explicación, esa es nuestra demanda, una explicación de cómo es posible semejante acto de injusticia. Porque el nombramiento de Jorge Meléndez se inscribe también en el acto de injusticias que se han venido cometiendo contra el poeta Roque Dalton y quiero reiterar que este nombramiento constituye una bofetada a las aspiraciones de justicia del pueblo salvadoreño.

Con la llegada de este nuevo gobierno y este nombramiento, nosotros como familia vemos que nunca antes se había alejado más la posibilidad del esclarecimiento de la verdad como ahora, porque esto es una actitud de rechazo a no querer reconocer la verdad de qué fue lo que pasó con el poeta Roque Dalton. Nosotros estamos realmente indignados y nuestra familia hace pública su posición, porque es en este gobierno verdaderamente, que nosotros en un principio llamamos incoherencia, pero a partir de nuestro pronunciamiento el gobierno tiene dos caminos: rectificar y despedir a Jorge Meléndez, dar esa explicación pública que no solamente la necesitamos nosotros sino la necesita el pueblo salvadoreño y ayudar al esclarecimiento de la verdad, o si no, tiene el otro camino: aliarse y ser cómplice de uno de los involucrados en el crimen de mi padre y por lo tanto se hundirá más en el lodo y en el fango.

¿Ustedes cómo familia tienen una perspectiva de lo que pueda suceder luego del pronunciamiento?

No me hago muchas ilusiones, no me hago muchas ilusiones porque hemos sido testigos durante estos 35 años qué lejos de esclarecerse se ha oscurecido mucho más la búsqueda de la verdad, o sea no tengo ninguna esperanza, ni ninguna ilusión de que vaya haber algo verdaderamente positivo, ojala que sí. Haciendo un llamado a la inteligencia del Presidente, haciendo un llamado a las personas honorables dentro del partido del FMLN, que considero hay gente honorable, haciendo un llamado a la gente honorable y a la inteligencia de los salvadoreños, como sociedad, de que este asunto se pueda encaminar de una vez por todas, de que el caso de mi padre pueda ayudar incluso al esclarecimiento de las víctimas anónimas de otros casos que ha habido. El caso de monseñor Romero, los mártires de la UCA y Roque Dalton, son crímenes emblemáticos porque eran personalidades conocidas con una dimensión internacional pero también estoy pensando en las víctimas anónimas que han habido, que no han sido resarcidas, que no ha habido ninguna respuesta para esas víctimas, ni del bando de la parte de los rebeldes, ni el otro bando.

Porque yo considero que también el FMLN cometió arbitrariedades y también cometió crímenes que los tiene ocultos y tiene que responder ante la sociedad de la misma manera que los militares tienen esos pecados. Yo considero también que esto viene de mucho más atrás, esto es un momento muy complejo, pero incluso nuestro reclamo, no al gobierno sólo sino al partido FMLN, es justo por la sencilla razón que cuando se conformó el FMLN dirigentes que aún son protagonistas de la escena política actual, sabían que Joaquín Villalobos había sido el máximo responsable de la muerte de mi padre junto a Alejandro Rivas Mira, lo sabían.

Muchas de las reuniones previas antes de conformarse el FMLN se dieron en Cuba y se dieron en Managua. La inteligencia cubana sabia que Joaquín Villalobos era uno de los máximos directos responsables, lo sabía la inteligencia nicaragüense y lo sabían los dirigentes de la guerrilla que llegaron a conformar la Comandancia General del FMLN, no todos, pero algunos sí lo sabían, tenían conciencia de eso y sin embargo, incluso, no se firmaba la unidad, porque el punto del asesinato de mi padre por parte del ERP no estaba resuelto, al final se pusieron de acuerdo y firmaron el acuerdo de conformar el FMLN.

Cuando se dieron los Acuerdos de Paz,  incluso Joaquín Villalobos reconociendo públicamente que él tenía que ver directamente con el crimen, que está probado con la entrevista que mi hermano (Juan José) le hizo, está probado cuando él (Villalobos) se pronunció públicamente que iba a entregar el cadáver, en ese momento el FMLN ya como partido no fue capaz de crear ni siquiera una comisión para esclarecer los hechos. Nunca se nos han acercado a nosotros bajo ningún concepto para revelarnos el interés de que están dispuestos a ayudar a esclarecer los hechos. Entonces todos estos antecedente, y yo no puedo concebir y no me cabe en la cabeza que los dirigentes del FMLN, la gente que conformó todo el proceso para que este gobierno llegara al poder, no entiendo cómo pasaron por encima de todos estos antecedentes e incluso antes de conformarse todo este proceso de llevar la izquierda al poder, la alcaldía de San Salvador en manos del FMLN, nombró a Jorge Meléndez como concejal sabiendo perfectamente que Jorge Meléndez era parte de la dirección del ERP y directamente involucrado en el crimen de mi padre. Luego cuando se armó todo este proceso y se nombró a Jorge Meléndez, todo esto que arranca desde la constitución del FMLN, no entiendo cómo no lo sabían, no me vengan a decir que no sabían que Jorge Meléndez era un hombre involucrado en semejante hecho, en uno de los crímenes tan emblemáticos como el de monseñor Romero y como el crimen de los jesuitas, yo no entiendo como el presidente Mauricio Funes no lo sabía, no entiendo.  Desde que fue nombrado nosotros Juan José Dalton y yo hemos enviado un sin número de mensajes al gobierno con los más allegados colaboradores del presidente Funes y hasta el día de hoy no hemos recibido la más mínima señal que hay interés en escuchar a la familia Dalton en su genuino reclamo de justicia, no lo ha habido.

¿Cuál será entonces el accionar ahora que se han pronunciado, si decís que no hay esperanza?

No sé. En estos momentos nosotros hemos estado de acuerdo como familia en hacer un pronunciamiento público en relación a eso, vendrán otras reacciones, otras acciones que nosotros como familia vamos hacer pero no te lo sabría decir ahora en este momento. Es pronunciamiento lo haremos público no solamente aquí en El Salvador haremos un llamado a todos los amigos de mi padre, a la intelectualidad latinoamericana, al mundo, de dar a conocer de que el gobierno salvadoreño, este gobierno democrático ha cometido un acto de injusticia de niveles verdaderamente incalculables.

Parece ser que cada vez la historia o el tiempo va empujando a dos responsables y ya no hay para donde hacerse, los responsables tienen nombre y apellido.

Exactamente, quisiera aprovechar para dejar muy bien claro esto.  Los asesinos de mi padre y la gente responsable, no solamente del crimen sino de la desaparición del cadáver y de los responsables de armar una campaña de desprestigio contra el poeta Roque Dalton, los responsables de Armando Arteaga, que fue un salvadoreño que también fue ejecutado conjuntamente con mi padre, los responsables de las torturas psicológicas y físicas que mi padre y Armando Arteaga sufrieron durante su cautiverio, tienen nombre y apellido y se llaman Joaquín Villalobos, Alejandro Rivas Mira y Jorge Meléndez, esas tres personas son las que sobreviven y son las máximas responsables en vida de lo que sucedió y los que pudieran esclarecer lo que verdaderamente sucedió. Yo creo que Jorge Meléndez, en este caso, tiene una gran oportunidad histórica con su pueblo, con la familia del poeta, una gran oportunidad de esclarecer los hechos de una vez y para siempre.

Quiero dejar claro que el Ejercito Revolucionario del Pueblo, como organización donde militaron también muchas personas que decidieron el camino de las armas para poder cambiar el destino de este país, no son culpables, no son culpables todos de ese vil asesinato, quiero dejar muy bien  claro eso. Siempre se han escudado en eso que el Ejercito Revolucionario del Pueblo son los responsables totales, eso no es así, porque eso sería muy injusto de querer acusar a todos por igual y eso no es así. Los asesinos incluso se han sentido más cómodos con ese señalamiento. Le llamo crímenes porque no he querido utilizar el término que utilizó Joaquín Villalobos de que fue un error.  Yo no acepto y volviendo al caso actual, ni mi familia acepta que la designación de Jorge Meléndez sea un error, porque el término error ha sido el término con el que la izquierda ha escondido históricamente los crímenes de lesa humanidad que se han cometido a lo largo de la historia.

Cuando mencionas error, hay alguien del FMLN o del Gobierno que ha dicho eso, no sabíamos que era participe de…

No sé, pero es que puede, yo no sé que es lo que va a pasar después de nuestras acciones públicas

¿Qué es lo mínimo que esperarías del partido en el gobierno FMLN y del presidente Funes?

Esperaría todas esas demandas que nosotros les vamos a presentar, incluso esperaría que si es bien nuestra exigencia, se pueda incluso armar una comisión para el esclarecimiento de la verdad, así como se han hecho, se han dado algunos pasos por poner el nombre y la figura de monseñor Romero en el lugar que se merece, que me parece positivo, yo soy el primero en apoyar eso, yo he sido el primero en acompañar este gobierno, no me he ocultado, yo corrí riesgos también acompañando este proceso de llevar la izquierda al poder.  Yo con todo esto que he dicho no quiere decir que yo sea de un pensamiento de derecha, es que no se trata de eso, pero yo espero que nuestras exigencias y nuestras demandas sean cumplidas. Tienen dos caminos, reconocer y hacer lo que hay que hacer por Roque Dalton o hundirse en el lodo siendo cómplice de la gente que esta directamente involucrada en el crimen. En definitiva, eso no lo voy a decir yo, eso es lo que la sociedad salvadoreña va a exigirles también, el resto del mundo también los va a cuestionar.

¿Lo mínimo y lo primero sería la remoción de Jorge Meléndez?

Bueno eso es una cosa que nosotros estamos pidiendo de primer momento, pero no basta con eso, pero si eso hubiera sido el punto ya lo hubieran hecho o nunca la hubieran nombrado. Ahí hay más cosas de peso y fondo, hay gente que está detrás, no sé quien esta detrás y delante de Jorge Meléndez y cuáles son los intereses, cuáles son los favores políticos, hasta donde llegan esos compromisos, esos lo tendrá que explicar el gobierno, nosotros no.

Hemos hablado del perdón, de los jesuitas, de monseñor Romero, pero en el caso Dalton, sucede algo un poco complejo y paradójico, porque en un escenario nuevo aparece la figura de Jorge Meléndez…

Para nosotros como familia no es un escenario tan nuevo, con todos esos antecedentes. Nosotros como familia hemos tenido que sufrir esa cadena de ocultamientos sobre el caso que ha trascendido hasta las fronteras. Pero en este caso del FMLN y del gobierno de Mauricio Funes, el nombramiento de este personaje cobra otra dimensión.  Si este gobierno es democrático y haciendo un llamado a las personas honorables que hay en el gobierno, que no tengo la menor duda que sí existen, se pone a prueba, en este caso nosotros como familia no hemos recibido el más mínimo interés de parte del FMLN antes de llegar al poder de la más mínima colaboración con el esclarecimiento de los hechos, ni siquiera fueron capaces de nombrar una comisión, incluso en el tiempo que se podía, que era en el tiempo que Joaquín Villalobos estando aquí reconoce su culpabilidad, había un ambiente propicio para que el FMLN lo hiciera y no lo hizo.  Incluso todo eso que pasó alrededor de Joaquín Villalobos y su grupo en los primeros años de paz, motivó que Joaquín Villalobos se convirtiera en el personaje que se ha convertido.

Es vergonzoso que el presidente Felipe Calderón, de México, haya designado a Joaquín Villalobos como asesor de la lucha contra el narcotráfico, teniendo de asesor a un personaje que tiene pendiente aquí un crimen y otros crímenes también, fue vergonzoso saber que Francisco Flores lo tuvo como asesor a él y al grupo de Joaquín Villalobos.

Se han acercado a ustedes a gente que perteneció al ERP que diga que se está manchando la lucha…

Yo creo que hay un sentimiento de parte de algunos ex militantes del ERP que dieron su vida por este país, sacrificaron mucho por este país también en ese conflicto armado que merecen también ser escuchados y tienen el derecho a expresar su verdad y tienen el derecho a ser indicados como seres humanos que escogieron el camino de las armas como el único camino para resolver los problemas, se unieron a esa organización confiando en sus dirigentes, confiando en el liderazgo de sus dirigentes que después ellos mismos como militantes se dieron cuenta que eran dirigentes que los habían frustrado. Entonces después de muchos años estas personas que estuvieron dentro del ERP también tienen muchas cosas que decir y son los primeros en decir que los asesinos de Roque y Armando Arteaga tienen nombre y apellido. Entonces ellos tienen derecho a ser escuchados, ellos también han sido víctimas de todo un silencio, de todo ese pacto de silencio, siniestro que ha habido dentro de la izquierda.

¿Tienen ya acompañamiento nacional e internacional?

También estaba que el gobierno a través de la Secretaría de la Cultura decretó el año de Roque Dalton, una serie de actividades que se habían hecho tanto en el país como fuera del país, y de pronto al estar cerca la fecha de la conmemoración de todo eso, no nos ha quedado más remedio, teniendo en cuenta que no hemos recibido el más mínimo mensaje. Entonces nosotros hemos decidido actuar y a partir de ahora veremos como será ese acompañamiento, haremos saber nuestra posición. Bastante pasivos hemos sido hasta ahora mi hermano y yo, mi madre, en esperar todo este tiempo de sufrimiento, de humillación, porque no puedo decir otra cosa, tanto mi hermano, yo, mi mamá y mi hermano muerto Roquito, Roque Dalton, hemos sido humillados durante todo este tiempo y nos sentimos verdaderamente heridos y sentimos verdaderamente que no nos queda otra actitud, de dignidad y de reclamo de justicia de la manera más enérgica, cueste lo que cueste.

Has mencionado algo muy importante y es algo que quería dejar para el final, y es sobre Roquito, tu otro hermano. ¿Podrías hablarme un poco de él, cómo era y cuando fue la última vez que lo viste?

Mi hermano Roque era un muchacho muy romántico, era nuestro hermano mayor y por lo tanto fue el que más cerca estuvo de mi padre, tal vez en pensamiento porque pudo llegar a comprender mucho más rápido el mundo de mi padre. Tenía muy marcado el compromiso, desde muy joven, de regresar a El Salvador y brindar su aporte en el caso que hubiese un desenlace armado en el país, yo creo que ese era el pensamiento de mucha gente que había optado por la guerra de guerrillas en América Latina y todo eso que se habló mucho. Mi hermano es un poco el resultado de todo eso y cuando se dio la oportunidad de regresar al país él vino con esa intención, igual que mi hermano Juan José, yo creo que los dos hasta cierto punto compartieron todas esas ideas y que muy rápidamente se vieron involucrados en el conflicto armado de una manera muy directa.

También en relación a mi hermano Roque, hay un hálito de incertidumbre, porque también está desaparecido, sabemos que desapareció en la montaña, producto de una intervención del ejército salvadoreño, se hacían muchas intervenciones, incursiones armadas y bueno en combate en una circunstancia de un combate muy fuerte desapareció, mi hermano Juan José fue el último que lo vio. Yo la última vez que vi a mi hermano Roquito fue allá en Cuba, en la despedida, yéndose, pero para nosotros y yo que era mucho más joven, todo eso era la revolución y todo eso era visto de una manera muy romántico y no se veía o pensaba tanto en los peligros que pudiesen correr o las presiones que podían haber.  Entonces ese nivel de detalle de cómo fue su vida, su corta vida aquí en El Salvador, en una selva, pues no las conozco, mi hermano Juan José es quien más tiene conocimiento de lo que fue esa realidad, porque él estuvo directamente involucrado. El caso de mi hermano Roque es una cuota más de parte de nuestra familia en todo este conflicto que hemos tenido en El Salvador y que también es una herida muy profunda que llevamos todos dentro de nuestra familia, porque no sabemos a dónde fue a parar su cadáver, no hemos tenido esa oportunidad de ponerle una flor,  no sabemos donde se quedó, entonces esa sensación que tenemos tanto con mi hermano Roque como con mi padre Roque Dalton, que no sabemos dónde están sus cadáveres es una sensación muy terrible que solo los familiares de personas desaparecidas podemos sentir muy profundamente, es un sentimiento y una sensación que no te la puedo describir, eso esta esparcido en todo el continente americano, todas las personas que tienen personas desaparecidas, creo que  estamos hermanados en ese dolor a lo largo y ancho de este continente.

En mayo, paradójicamente es cuando nace Roque Dalton y cuando lo asesinan, ¿cuál es tu reflexión en mayo sobre tu papá, qué sensaciones o qué te brinda mayo cuando se acercan estas fechas?

Es un mes sumamente doloroso, porque mientras no haya un esclarecimiento una conclusión del caso de mi padre, por muchos actos por reivindicar su nombre, muchos actos por llegar a conocer su poesía, conocer su legado, no será del todo, ¿cómo decirte? No estaremos conformes mientras esa oscuridad y esa herida profunda que existe alrededor del caso, esas circunstancias oscuras en que se dio su asesinato y teniendo en cuenta todos estos antecedente injustos que ha habido alrededor de eso, seguirá siendo un mes, para nosotros como familia, un mes sumamente triste e injusto, es muy injusto.

En un principio estuvimos muy de acuerdo con todas las cosas que la Secretaría de Cultura, lo que el mismo gobierno iba a hacer para con mi padre, “el año Roque Dalton”, que más agradecimiento, tenemos muchos deseos que la sociedad sea partícipe de todo eso, los artistas, los intelectuales, el pueblo en general tenga más acceso a la figura, más en un gobierno como este, pero como yo digo, aquí en este pronunciamiento “nunca antes estuvo más lejos que ahora, con todo esto que estamos viendo”.

¿Cuál sería tu llamado aquí a nivel local, a la intelectualidad, a los artistas, a aquellos que abanderan proyectos en nombre de Roque Dalton, La Cátedra Libre de Roque Dalton, el Turno del Ofendido, qué esperarías?

Yo creo que yo no debo exigirle a nadie nada, sí, nosotros vamos hacer un llamado general, exponer cuán grave son los hechos, pero yo creo que yo no deba exigirle a nadie absolutamente nada, yo creo que de la misma manera que toda esta gente que has mencionado ha tenido una constancia en homenajear a mi padre y considerar a mi padre como un hijo genuino de este pueblo, como un hijo genuino de las artes y la cultura de este país, yo me imagino que ellos harán también lo suyo.

Jorge Meléndez: “No recuerdo el asesinato de Roque Dalton, recuerdo un proceso político”

Jorge Meléndez, actual director de Protección Civil, afirma que «yo estuve ahí y yo sé lo que pasó” con el asesinato del poeta Roque Dalton. Dice además estar orgulloso se haber sido parte del «proceso»

Por Tomás André// Contrapunto.com.sv

SAN SALVADOR – Un sábado 10 de mayo de 1975, el poeta Roque Dalton fue asesinado por sus propios compañeros de armas y de organización a la que pertenecía: el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). ¿La razón? Fue acusado de insubordinación y de incitar a la rebeldía a su compañero el guatemalteco Armando Arteaga, alias Pancho. Posteriormente a Dalton se le agregó, entre otras cosas, la acusación de ser agente de la CIA, acusación mortal que le pondría fin a los días del poeta.

Entrevistado en 1993 por el periódico mexicano Excélsior, Joaquín Villalobos, miembro de la cúpula del ERP, dijo que el asesinato del poeta Dalton “fue un tremendo error”. En dicha entrevista dio un listado de los que participaron en la decisión colectiva de desaparecer al poeta: Alejandro Rivas Mira, Jorge Meléndez, Vladimir Rogel, Alberto Sandoval (Lito), otro de seudónimo Mateo y el mismo Joaquín Villalobos.

ContraPunto conversó con una de esas personas que mencionó Joaquín Villalobos: Jorge Meléndez, alias Jonás durante la guerra. Él trabaja actualmente en La Dirección General de Protección Civil, cargo que ocupa gracias a la invitación que le hiciera el presidente Mauricio Funes, mismo que ha mencionado al poeta Dalton en sus discursos, llamándolo “nuestro más grande poeta”.

Los homenajes oficiales, no obstante, que se preparaban para este año 2010, no fueron apoyados por la familia Dalton y han sido calificados por el cineasta Jorge Dalton como “la ofensa más grande que se le haya hecho al poeta Roque Dalton y a la familia después de 35 años de su asesinato”.

Jorge Meléndez responde escuetamente. Dice tener una verdad de los hechos, su propia verdad la cual dirá “cuando tenga tiempo” y añade algo valioso: “Yo estuve ahí y yo sé lo que pasó”, pero que “no tiene prisa” para hacerlo público. También entra en contradicción con Joaquín Villalobos, pues este último fue claro al afirmar que en el asesinato de Roque Dalton “indiscutiblemente no hubo juicio, aunque nosotros hayamos dicho que eso fue un juicio”.

¿Cómo conoció “Jonás” a Roque Dalton?

En un informe que dio Sebastián Urquilla, Alejandra Rivas Mira, el cual decía que estaba incorporado Roque Dalton y que tenía por seudónimo Julio. Ahí me enteré de él. No lo conocí, simplemente informaron, posteriormente en una reunión, en una especie de encuentro, no recuerdo, pude saber quién era Julio.

Cuando se conocen y él forma parte del ERP ¿cómo es la relación?

Yo soy fundador del ERP. Él vino, si no me equivoco, en 1974 o… no, en 1975…

Ajá ¿compartían, debatían?

No.

Seré directo: ¿Dónde se encontraba Jorge Meléndez, fundador del ERP, alias “Jonás” cuando asesinaron a Roque Dalton?

¿Cuándo asesinaron a Roque Dalton? ¿Me podría decir usted cuándo asesinaron a Roque Dalton y en qué fecha exacta y a qué hora?

10 de mayo de 1975…

Hay una entrevista con Joaquín Villalobos publicada en el periódico Excélsior de México, en la cual habla de los que tomaron la decisión colectiva de asesinar a Roque Dalton, usted es mencionado ahí por Joaquín Villalobos…

Umjú… Falso, falso. Esa decisión fue un proceso largo y participó, es cierto, la anterior dirección, yo no era de la anterior dirección… eh… participó la anterior dirección y… participó… ¿cómo le llamaban a este…? El estado mayor, era una parte de esa dirección. La dirección de ese entonces estaba conformada por Lil Milagro, Alejandro Rivas Mira, Joaquín Villalobos, Fermán Cienfuegos… no recuerdo los otros y entonces, esta decisión de la que habla Joaquín fue cuando ya hubo un fracturamiento (sic), recuerdo que hubo dos grandes asambleas y hubo todo un proceso en el cual la declaración más fulminante fue la de Salvador Cayetano Carpio que dijo que Roque Dalton tenía una historia bastante oscura, que se escapó del penal de Cojutepeque escarbando hoyos con una cucharita, entonces por eso le tenían serias desconfianzas. Salvador Cayetano Carpio, quien era el dirigente de las FPL (Fuerzas Populares de Liberación), esto fue la base de la acusación de Rivas Mira para decir que Roque Dalton podría ser agente de la CÍA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos).

¿Por qué lo menciona a usted Joaquín Villalobos, quien afirma que pactaron además, no descargar la culpa en una sola persona, pues la decisión es colectiva, “una responsabilidad de todos”?

Eso es cierto, por eso digo, es falso que fuera un pequeño grupo, fue todo un proceso, incluso hubo dos asambleas, por eso le digo… era un grupo que le llamaban el estado mayor y luego en esa decisión, hubo una reunión donde nos llamaron y nos dijeron estas son las alternativas…

Entonces le hago una pregunta directa ¿cuál fue su participación en el asesinato, vigilancia o juzgamiento en el caso Roque Dalton?

Bueno, en todo lo que usted llama asesinato está implicando un punto de vista, que al menos yo no lo comparto con usted. Estamos hablando de una situación de una guerrilla, donde se dio un proceso político y donde Roque Dalton fue muerto. Por asesino yo entiendo que una persona comete un acto contra otro, no sé por qué motivo y ahí estamos hablando de un proceso político. Yo no soy asesino de Roque Dalton, eso lo quiero dejar claro. En ese proceso del ERP con mucho orgullo yo soy partícipe. En el momento que yo considere, porque es mi derecho y es mi atribución cómo interpreto, analizo y fueron las cosas, pues yo lo voy a hacer. Usted tiene todo el derecho de preguntar, entiendo que está haciendo un reportaje, tiene derecho de tener opinión, incluso de decir asesinato, incluso me está diciendo asesino, yo le quiero decir que yo no lo… yo no le acepto ese insulto y no lo comparto.

Le pregunto esto porque existe una entrevista con Joaquin Villalobos en la que lo menciona a usted en la participación, en la decisión colectiva. Hay también un texto de Geovani Galeas en la que dice lo siguiente, se lo leo literalmente:Una madrugada de abril de 1975, Jonás y cuatro combatientes bajo su mando llegaron a una casa clandestina de Santa Anita. La misión consistía en relevar a la unidad que vigilaba a dos prisioneros confinados en cuartos separados, pero libres de manos y pies: Armando Arteaga y Roque Dalton, compañeros acusados de insubordinación.

Colocó el dispositivo de defensa y ordenó a su segundo que verificara la situación de Dalton. Él fue al otro cuarto. “¿Serías capaz de usar eso contra mí?”, le preguntó Arteaga, refiriéndose a la pistola. “Si me das el menor motivo no lo dudaría”, respondió Jonás.

(Jonás, en realidad Jorge Meléndez, según muchos el mejor jefe militar guerrillero en el terreno durante la guerra, me lo confirma 28 años después: “Ni en ese momento ni nunca me tembló la mano. Para un combatiente del ERP el cumplimiento de la misión era cosa sagrada. Por eso Arteaga entendió mi respuesta. Esa fue nuestra escuela”.)

En eso escuchó un grito desde el cuarto donde estaba Dalton, y corrió, “¡Este hijuepueta está armado!”, le dijo su segundo. Jonás apuntó a la frente de Dalton. “No disparés”, gritó el poeta, asustado, “yo mismo avisé que tenía el arma”. Jonás le quitó la pistola y mandó que lo sacaran al patio, con la orden de disparar al menor movimiento”.

Ajá, pero eso dice usted que dice Geovani Galeas

Sí, pero aquí Geovani Galeas confirma lo escrito porque habló 28 años después con usted y cita sus palabras.

Sí, pero usted me está hablando del asesinato de Roque Dalton

Por eso le pregunto su participación en estos  los hechos… [interrumpe]

No, usted no dijo participación en estos hechos,  usted dijo participación en el asesinato, son cosas diferentes.

Insisto, Joaquín Villalobos lo involucra a usted…

Sí, es una decisión del ERP exactamente. Lo que usted dijo y yo no sé si eso dijo Joaquín y yo le dije que eso es falso. Fue un proceso político y yo he decidido, porque se dicen cosas a medias, que cuando haya que decir la verdad, la voy a decir yo, tengo ese derecho. Yo estuve ahí y yo sé lo que pasó, yo tengo mi interpretación y yo tengo que decir la verdad que a mí me corresponde y no como ahora, que viene siempre un periodista, pregunta muchas cosas y después dice lo que le da la gana o lo que él entiende. Quiero dejar en claro uno: no soy el asesino de Roque Dalton, dos, creo que cuando alguien dice el asesinato de Roque Dalton, está equivocado, debería investigar más. Esa es  mi respuesta.

Recuerdo que dijo que escribiría un libro al respecto…  [interrumpe]

Sí porque hubo un periodista que insistía, insistía y entonces yo le dije “algún día voy a escribir una novela o un libro y para que se venda, ahí voy a contar” que es una estupidez verdad, porque en realidad es una falta de respeto, pero también el periodista tenía una total falta de respeto, porque yo le dije, “mire, prefiero no hablar del caso” porque creo que es un caso en el cual es bastante importante dilucidar la verdad y decirla, pero la debe decir uno, la debe plantear uno, tal como la analiza y de manera completa, porque aquí se dicen muchas cosas y cualquiera afirma, dice. Ninguno de los que hablan ni saben ni dicen la verdad, ni explica. Yo ya estoy cansado de escuchar… y entonces yo digo… Bueno cuál es el… porque creo que la gente pregunta básicamente, con esas palabras porque así lo han dicho “quién asesinó a Roque Dalton”. Una cosa dejo clara: yo no asesiné a Roque Dalton.

¿Entonces ese libro no existe?

Yo no he escrito ningún libro

¿Y entonces lo escribirá?

Si algún día decido decir la verdad, pues no sé si será un libro o será simplemente un documento,  pero créame que cuando eso suceda, lo haré con mucha seriedad y porque hay demasiadas cosas importantes, la historia de una organización, de muchos líderes, la historia del mismo Roque Dalton, la historia de Arteaga [Armando Arteaga alias “Pancho” quien fue ejecutado junto al poeta], hay muchas cosas importantes que decir, el involucramiento de otras  organizaciones, personajes.

Si después de 35 años de los hechos dice estar cansado de esto, ¿por qué no habla de ello, qué se lo impide?

Yo no creo que sean 35 años, creo que es más

Fue asesinado el 10 de mayo de 1975. Hasta la fecha son 35 años.

Exacto. Bueno, a mí no me lo impide nada. Ahí es simplemente mi decisión.

Pero su decisión involucra terceros, familia. El mismo presidente Funes lo ha llamado “nuestro más grande poeta”, hablamos de una lesión cultural para el país.

Es una obligación histórica reconstruir la historia y cada uno de nosotros pone su aporte. Usted ya me leyó una serie de cosas y entonces digo que lo escriben de una manera que cada quién considera cómo es que debe escribir. Yo lo debo decir y lo debo escribir como yo pienso que es responsable y cuando yo crea que es el momento de sentarse y de ponerse a hacerlo. Yo creo que eso es una obligación importante para el país, pero no creo yo, porque usted sea un periodista, tenga yo que hablarle a usted, ahora, en este momento que es lo que ha pasado en cada situación. Yo he tratado de colaborar para que las cosas se entiendan bien y el resultado para mí al final no es claro. He visto a los hijos de Roque Dalton dando declaraciones horribles sobre mi persona que no tienen nada que ver con la realidad. Entonces yo digo que esta gente ha interpretado esas cosas que se dicen. Ya no más. El día que hable lo voy a hacer yo, tal como  yo quiero que se diga y que sea responsable y que sea la verdad dentro de lo que mi honestidad pueda. Así son las cosas y las voy a decir por escrito porque creo que es la mejor manera.

¿Cuál fue su participación en los hechos?

Yo fui miembro fundador del ERP y el ERP dentro de ese proceso es parte de su historia, un miembro del ERP también fue Roque Dalton, el también es parte de esa historia. Todos somos responsables de esa historia.

Disculpe la insistencia, seré más directo ¿Usted no tuvo ninguna participación en los hechos que llevaron a la desaparición física del poeta Roque Dalton?

Se lo repito. El ERP fue fundado desde los años 70 y entre uno de los episodios del ERP está un episodio que, entre otras cosas, con la muerte de Roque Dalton, de eso, somos actores todos los miembros de aquel entonces del ERP y yo fui un miembro del ERP con mucho orgullo. Todo lo bueno, lo malo, todo que se hizo somos responsables.

¿Qué pensó cuando supo en aquel momento del asesinato de Roque Dalton?

Yo no recuerdo el asesinato de Roque Dalton, recuerdo un proceso político en el cual salieron muertos varios compañeros, uno de ellos, Roque Dalton.

¿Entonces la muerte de Roque Dalton debe quedar ahí, en eso, en un proceso?

Fíjese que el ERP es la única organización, creo que en el mundo entero y en la historia de las fuerzas de izquierda que publicó un balance y una versión de los sucesos de 1975. Se pudo haber dicho cualquier cosa, el ERP se hace responsable y es porque el ERP lo publicó con un criterio: esto pasa por el seno de la izquierda, de toda la izquierda armada y darlo a conocer para que no suceda nunca más, es nuestra obligación y se dio a conocer, desgraciadamente pasó muchas veces más, no en el ERP pero sí en otros.

Soy parte de esa historia [ERP] creo que tengo derecho también… porque me lo he ganado con sangre, sacrificio, me lo he ganado con olor a polvo, muertos, sangre propia, de familia, compañeros  y a mucha pólvora. Tengo derecho entonces a tener mi versión y mi decisión.

¿Cómo llega a ser parte usted de las estructura del gobierno, fue impulsado por el FMLN o invitado por el presidente Funes?

Yo soy miembro del Partidos Social Demócrata que está en proceso de organización en su estatus legal porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) nos impidió la inscripción, pero hacemos lucha política. Parte de los esfuerzos que hacemos y entre otros es la alianza por llevar a la victoria del presidente Funes que fue candidato del Frente, porque si dejamos decena de miles de muertos en el camino, entre ellos el mismo compañero Roque Dalton, esa sangre y todo ese esfuerzo tiene que traducirse en la posibilidad de enrumbar el país en sentido de justicia social y democracia. Tengo una alianza con el FMLN y tengo una alianza con el presidente Funes, con ambos, pero eso, alianza. Pero mi pensamiento y mis convicciones son de socialismo democrático y desde ese punto de vista participé en política. Hablando del gobierno, me propuso el presidente Funes si deseaba participar en distinta áreas, me propuso varias y entre ellas propuso el tema de Protección Civil, para mí esto es importante por lo que significa para la gente y acepté esto.

¿Qué significa para usted mayo, que resonancia tiene en usted el nombre de Roque Dalton, cuando aparecen periodistas y le preguntan por él?

Antes de la muerte de Roque Dalton, era un personaje mítico que yo admiraba a través de mis padres que me hablaban de Roque Dalton, no fue contemporáneo mío y después de la muerte de Roque Dalton, yo sigo admirando la obra de Roque Dalton como poeta y yo sigo viendo con mucho respeto la participación de él en el proceso político, que es muy complejo. Por eso digo, usted dice asesinato y yo digo no, mire, momento, porque es hasta un irrespeto a la figura de Roque Dalton porque lo ponen en una situación de alguien que asesinaron. No, hay un proceso político, él es parte de las bajas y de los personajes históricos más importante de nuestro país. Y cada vez que llega mayo, yo no tengo la conciencia negra. Cada vez que se habla de Roque Dalton siento mucho orgullo de Roque Dalton y también me doy cuenta que hay mucha gente que no entiende ni sabe lo que pasó y entonces dice cualquier cosa y quizás mucha de esa gente no ha hecho nada por este país y tienen interpretaciones muy simplistas, pero eso es responsabilidad de los que escriben, unos escriben en forma novelada, otros porque se sienten agredidos y otros porque hablan con total ignorancia.

Me llama la atención cuando usted dice que tiene su propia versión de los hechos y que tiene  derecho a no contarla y a decirla cuando crea conveniente [interrumpe]

Cuando yo crea que tengo el tiempo y que lo puedo contar y lo puedo decir con claridad y que sea un aporte a la historia de nuestro país, que se reconozca, se conozca, sea una fuente para los historiadores y que sea una fuente de investigación. Porque miré, usted está escribiendo un artículo, un reportaje, usted tiene su tesis y tiene su derecho, cualquier cosa que diga usted lo va a poner en ese contexto y obviamente pondrá una parte, no todo lo que diga, entonces ya no quiero prestarme a eso, tengo mi derecho. Tengo cosas que decir que son importantes porque yo soy un actor, a mí no me contaron, a mi no me dicen, conozco el contexto y conozco mucho más, la verdad es aislada. Hay muchos que hablan de la muerte del compañero Dalton como una cosa mágica, aislada, eso no es correcto, pero en fin, ese es mi punto de vista.

¿En ese trozo de verdad que usted tiene, sabe cómo sucedieron los hechos, como fue su muerte?

Eso es lo que yo voy a contar y ahí se van a dar cuenta todo lo que sé y lo que no sé, obviamente lo que no sé no lo voy a poder decir, pero lo que sé sí lo voy a decir.

¿Su silencio sobre lo que sucedió con Roque Dalton lo considera un derecho?

Es un derecho que yo tengo, el decirla o escribirla.

¿Cómo se debatió en el seno de la izquierda el asesinato de Roque Dalton aún después de los Acuerdos de Paz o este nuevo gobierno?

En el seno de la izquierda nunca se ha hablado de los muertos indebidos, porque no estamos hablando de Roque Dalton, porque estamos hablando de Ana María, la ex dirigente de ANDES 21 de julio, estamos hablando de muchos ajusticiados que no aparecen en la historia. Hay incluso un libro, publicaron una historia en San Vicente, porque todos los que estuvimos en la izquierda armada, porque hoy lo que llaman izquierda,  no sé, es otra cosa, mire ahí hay cientos de muertos, todos hay que reivindicarlos. Y no solo en El Salvador, si pasó en Guatemala, Nicaragua, Colombia… Es importante porque desmitifica a los grupos armados, la guerra, la gente lo ve como algo heroico, puro. Las guerras son situaciones excepcionales de mucho dolor, de muchos muertos, de faltas de ley, de decisiones siempre arbitrarias. En la Comisión de la Verdad, los compañeros de todas las organizaciones, no dijeron las verdades. A mucha honra, en el ERP siempre hemos tenido una actitud de “esto hay que decirlo” porque esto ayuda en la historia y lo de Dalton hay que decirlo, lo que no voy a decir en este momento o no se lo voy a decir a usted en este momento, pero que lo voy a decir, claro que sí.

Pero su silencio ha contribuido a que las cosas queden en el limbo con respecto a Roque Dalton

Nosotros lo dijimos por escrito como organización, o sea, se llamó balance de los sucesos de 1975 y se discutió en toda la organización y se hizo público y dimos esa razón por escrito…

Entonces cuando dice que “dimos esa razón por escrito” tiene razón Joaquín Villalobos de mencionar su nombre [en la decisión de ejecutar al poeta Dalton]

Yo nunca he negado que he sido miembro del ERP. Lo que le he dicho es que no puedo hablar de asesinato como lo hace usted, hablo de procesos políticos, hablo de las responsabilidades del ERP y hay organizaciones y hay miembros de otras organizaciones que participaron.

Joaquín Villalobos me menciona a mí porque yo era miembro de ERP y todos los miembros del ERP nos hacemos responsables. Yo no era miembro de la dirección del ERP en ese momento, pero no quiere decir que yo no fui miembro del ERP, fui partícipe de todo el proceso político del ERP.

He visto en usted que hay cierta incomodidad cuando menciono la palabra asesinato ¿por qué?

No incomodidad. Lo que ha habido es una clarísima discrepancia con usted. Usted lo llama asesinato y yo no.

¿Cómo lo calificaría entonces?

Creo que es una persona que murió fruto de un proceso político, proceso político dentro de una guerrilla.

¿Y cuándo tendremos su versión del caso?

Hoy por hoy mi preocupación es salvador vidas, no tengo tiempo para ponerme a escribir. Las causas por las cuales murieron decenas de miles de compañeros, las causas… porque yo tengo varios balazos en el cuerpo, porque yo perdí hermanos, primos, tíos y tías siguen vigentes. Yo sigo pensando en el futuro, no puedo estar pensando en el pasado. El que pretende avanzar poniendo la cabeza hacia atrás no va a avanzar. Ya habrá momento en que uno podrá reposar y decir “hoy es el momento de dar mi aporte en otro tema”. Yo no tengo prisa.

Entrevista con Berne Ayalá, Escritor y ex combatiente

«‘Entre Marilyn Monroe y la Revolución’ son mis vivencias y relatos que llegaron a mis oídos»

Berne Ayalá, un ex combatiente y abogado graduado de la Universidad de El Salvador, que ahora no ejerce como tal, ha escrito nueve libros. El último, que ya está en librerías, se titula «Entre Marilyn Monroe y la Revolución» y contempla una serie de crónicas  narradas con amplitud descriptiva sobre sucesos vividos en la guerra… esa odiosa guerra que nos afecta a todos, aunque no participemos directamente en ella.


¿Cuánto tiempo le tomó escribir el libro “Entre Marilyn Monroe y la Revolución?

El libro fue escrito en dos años y es un proceso de mis vivencias y relatos que llegaron a mis oídos.

¿Cuál es el argumento fundamental de su libro?

El argumento fundamental es el de la guerra civil, el tema del mito de la revolución salvadoreña, de la manera como esta guerra fue tomada o abordada como la vida de la revolución dentro de la vida de la izquierda.

¿Cómo está estructurado el libro?

Lo que hay es este libro es un conjunto de crónicas que parten de la pre-guerra más o menos en los  70 y después se aborda los 80 bajo unas crónicas bastante reflexivas con un ensayo bastante puntual de la realidad actual. Parece un libro bastante extenso ya que toca tres décadas por ejemplo desde  la infancia a la madurez  que tuvieron hombres que vivieron en esa época, aquí hay un hilo conductor y es la vida de un muchacho que estudia y luego guerrillero y finalmente deja de ser militante.

¿Está plasmada en el libro su historia y experiencias vividas?

En parte sí, pero como crónica y como ensayo en ésta historia están involucradas las historias de muchachos muertos en la lucha y contenido fuerte sobre el mito de la revolución salvadoreña, sobre el fanatismo y el carácter destructivo que se ha tenido.

Hay una dicotomía en esto de la guerra entre lo bueno y lo malo, para lo sociedad  los eran malos y los soldados buenos. Muchos jóvenes que estuvieron en esa época de 12 a 14 años sin capacidad de discernimiento fueron a la guerrilla, es mentira que tenían una noción del socialismo del  Marxismo o Leninismo ellos nunca vieron esos rostros y llegaron a la guerra porque esto se dio en los patios de sus casas, entonces había también ignorancia en la guerrilla y yo lo viví, lo abordamos de la falta de perspectivas y del accidente que significa la guerra para muchas juventudes, ese carácter lo abordo en el libro para definir con tranquilidad que es falso que los militares no tuvieran una visión de su parte, claro que si la tenían, la prueba y las evidencias están en la gran cantidad de bachilleres que se inscribían en la escuela militar para ser oficiales etc.

¿Cuál fue la verdadera situación que se vivió en la guerra?

Todos esos rasgos tratan de dibujar una geografía humana de que la revolución salvadoreña se construyó bajo las circunstancias de sus tiempos de ese tiempo y por la misma ingenuidad de la militancia que fue hábilmente manipulada por  ciertas élites que no la llevaron a leer y estudiar más allá que el panfleto. El panfleto sigue cohabitando,  el fanatismo es el hijo del panfleto, la amenaza es la que el sigue después de otros argumentos que no tienen más que rasgos de ofensa y nada más.

¿Por qué había que ser parte de la guerra?

Lo que pasa  es que la guerra en un conflicto social es un fenómeno sociológico la forma como tú la viviste o la vives, de que estabas convencido, si luchar contra un comunismo o una libertad que era lo mejor para este país, las perspectivas se van porque la guerra es de desmitificarla, cuando uno señala esas cosas, que más que otra cosas pueden sonar  como de resentimiento, quizá pudo haber sido porque es el recurso más fácil para decir de esta situación, aquí es tener una perspectiva de los dos sectores como fue para cada uno de  nosotros, yo la viví bajo la perspectiva de izquierda pero la observe diferente que otros guerrilleros.

¿Cuál es su visión en cuanto al la derecha y la izquierda que hay ahora?

Esos dos modelos de derecha e izquierda no sirven para lo que este país se merece, pienso esto porque llevamos 18 años de haber terminado la guerra y sigue sumido en una cantidad de problemas que ninguno de los dos ha podido abordar con seriedad.

¿Cuál, en  su visión,  era el objetivo del FMLN, para ese entonces?

El objetivo era derrotar a la fuerza armada, provocar la insurrección y tomar el poder. Militarmente esto no tenía solución no podía ganar ni uno ni el otro por eso se optó a la firma de los acuerdos de paz.

¿Cómo escritor qué pretende alcanzar con éste libro?

Como escritor quiero abordar ese mundo que yo viví, quiero sentar mis ideas si a alguien no le gusta, esos siempre va suceder. Yo puedo hablar porque vengo de esas entrañas.

¿Hay algún otro material  de su autoría?

Si tengo nueve libros y mi primer testimonio lo publiqué en 1996, y es sobre al ofensiva que se vivió en 1989, luego escribí un relato que se llama “El murmullo de la Ceiba Enana”, también escribí un libro de cuentos que se llama “Ángel para un final”;  tengo también una novela que se llama ”Las copas del castigo, (2004); después escribí una novela que se llama “La bitácora del Caín” que trata sobre el complot de la muerte de Monseñor Romero; luego escribí “Arizona dreaming”, que trata sobre al migración ilegal y estoy reeditando una nueva versión del libro que trata sobre la ofensiva que originalmente se llamó “del tope y más allá” espero terminarla en tres meses.

¿Cuándo o qué es lo que lo motiva para ser escritor?

Empecé quizá cuando escribí el murmullo de la Ceiba enana,  allí vi la capacidad que tenía, aun soy un escritor en búsqueda una manera de decir lo que yo veo es por medio de esto.

¿Cuál es el libro que más te gusta de todo sus trabajos?

Hasta hoy sobre entre los temas de la guerra es “Entre Marilyn Monroe y la Revolución” es el libro el que más me gusta y sobre la ficción en el libro de “Arizona dreaming”.

¿Por qué el titulo de este libro?

Marilyn Monroe es el símbolo sexual por excelencia del hombre, en mi generación en el 66 ella tenía poco tiempo de haber muerto, expresa infancia y se enamora de esta mujer por medio de un afiche y la imagen del Che Guevara que vivió en todos los militantes de ese entonces.

¿En que librerías  podemos encontrar éste libro?

El libro tiene un costo $15.50, lo pueden encontrar en todas las  sucursales de la librearía Ceiba, “La Casita” en La librería de la UCA, en Clásicos Roxil, en los Tacos de paco  y en un café de Santa Ana  “Expresión  Café cultural”.

Terry Karl: «Roberto d’Aubuisson me dijo: la persona que mató a Romero es un héroe»

Terry Karl es experta en la historia reciente de El Salvador y, como tal, ha sido llamada a juicios contra acusados de violar derechos humanos, para que declare como perita. En esta entrevista dibuja la manera en que operaban los escuadrones de la muerte, pendulando entre grupos civiles y cuerpos de seguridad. Asegura, además, que Roberto d’Aubuisson combinó la política y el paramilitarismo.

Por Carlos Martínez y José Luis Sanz

Terry Karl es profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford y es una de las mayores expertas mundiales en El Salvador. Ha leído casi 10 mil documentos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos sobre el conflicto armado. Fue citada como testigo experto en el juicio contra el capitán Álvaro Rafael Saravia por el homicidio de monseñor Óscar Romero. Ahí contó, a solicitud del juez Oliver Wanger, una de las versiones más completas y claras del conflicto que costó la vida a decenas de miles de salvadoreños. Estableció claramente las luchas intestinas de poder en el ejército, el modus operandi de los escuadrones de la muerte, la persecución sistemática de religiosos y las consecuencias del asesinato de monseñor Óscar Romero. Su testimonio, que ya había sido fundamental en el caso contra el coronel José Guillermo García y el general Eugenio Vides Casanova -ministros de Defensa salvadoreños durante la guerra civil-, incluyó también la presentación de evidencias provenientes de su archivo personal, fruto de continuos viajes a El Salvador en los años 80s y de reuniones con casi todos los líderes de opinión de este país, incluyendo varios encuentros con D’Aubuisson. Karl pasó tres días seguidos rindiendo testimonio en el caso. Ahora mismo es perita en la querella contra 14 militares salvadoreños y el ex presidente Alfredo Cristiani que se ventila en España por el asesinato de los sacerdotes jesuitas. En esta entrevista, Karl habla sobre los escuadrones de la muerte, sobre la impunidad y sobre la importancia de buscar la verdad y hacer justicia. Y explica por qué es importante esto último: «Si en un país hay impunidad para un crimen como el de monseñor Romero, la habrá para el tráfico de drogas, para el tráfico de armas, para lo que está pasando en Guatemala, en México…»

En el reportaje que publicó El Faro sobre el homicidio de Óscar Romero, el capitán Álvaro Saravia describe un crimen que tiene mucho de mal planificado, de improvisación, y asegura que él sólo tuvo acceso a muy poca información. ¿Esto tiene sentido?
No he tenido esta conversación que tuvo Carlos Dada, pero creo que la versión que tiene El Faro es la versión más compleja, donde hay más verdad. Cuando querían matar a alguien importante como Mario Zamora o monseñor Romero o a los dirigentes del FDR, esa es una cosa que no se habla con mucha gente porque no es inteligente hablarla con mucha gente. Los grupos (escuadrones de la muerte) la mayoría estaban dentro de la Policía Nacional y la Policía de Hacienda y la Guardia Nacional y no tanto dentro del ejército. Esto es importante, porque migraron después. Hubo una migración hacia el ejército más tarde en la guerra, pero ahora estamos hablando entre 1977 y 1981. En esa época eran las fuerzas de seguridad, algunos intereses financieros importantes que eran de familias, principalmente terratenientes y después Roberto d’Aubuisson hizo su propio grupo además, vinculado con él en la legislatura. Eso comenzó en una forma diferente y hubo un desarrollo de esto durante toda la guerra. En el momento en que murió monseñor Romero hubo varios niveles dentro de ejército y fuera del ejército, hubo una situación que yo llamo una estrategia “inside – outside” (dentro y fuera). Hay que entender que entre octubre de 1979 y yo diría que mayo o junio de 1980, las fuerzas de la ultraderecha dentro del ejército creían que tenían la posibilidad de perder el ejército como institución, porque no tenían apoyo del coronel Majano y otra gente y hubo una pelea dentro de la institución. Por eso ellos formaron esa estrategia “inside – outside”.

¿Quiénes?
Yo diría que los dirigentes del ejército trabajando en esa época utilizaron el aparato de Orden (Organización Democrática Nacionalista), que era civil, pero vinculado con los militares, que fue formado por Medrano. Él trabajó en esa época con el coronel Carranza y con Roberto d’Aubuisson, que tenía un rango bastante bajo según el ejército: mayor, y que en esa época Abdul Gutiérrez, el coronel García… todos ellos querían llevar a la institución del ejército hacia la derecha y no tener un gobierno civil y no disminuir el papel de la institución armada. Eso era una pelea política dentro del ejército, para controlar el ejército al mismo tiempo hubo ese tipo de pactos y acuerdos con los terratenientes en este país. Principalmente entre las fuerzas de seguridad, la Guardia Nacional, la Policía Nacional, trabajando para los terratenientes. Utilizaron Orden y las fuerzas de seguridad para comenzar a tratar de crear una fuerza paralela de seguridad, por si acaso perdían el ejército. Era un poco separado pero también era con gente del ejército. Por ejemplo, cuando mataban a alguien utilizaban los autos de la Policía Nacional.

Saravia asegura que se trataba más bien de los grupos de seguridad de ciertas personas. Los guardaespaldas de Mario Molina, la seguridad que estaba alrededor de D’Aubuisson. ¿Qué tanto estos grupos eran estructuras vinculadas con el Estado?
Eso es un poco ficticio y al mismo tiempo no. Dejame explicarte: para crear un aparato paralelo de negación de lo que estaba ocurriendo, muchas gentes se fueron del ejército… formalmente. Por ejemplo, el mayor Roberto d’Aubuisson dijo que se había ido del ejército, pero yo tengo información de que fue pagado por el ejército todo ese tiempo. No sé hasta qué año, pero en los años que estaba trabajando, al principio, él tenía su salario del ejército.

Pero él fue purgado del ejército el 79.
La información que tengo yo es diferente. La idea era crear un aparato paralelo, diciendo que estaban todos fuera del ejército. Cuando él robó los archivos de Ansesal (la agencia de inteligencia del gobierno), que era su fuente de información, para él esa era su base de poder. Ya no era una mayor cualquiera, era un mayor con información. ¿Me entiendes? Esa era su primera base de poder. Además él tenía sus vinculaciones con terratenientes derechistas, etcétera.

¿Los escuadrones de la muerte responden a un proceso de lucha por el poder dentro del ejército?
Exactamente.

¿Cómo operaba en la práctica la estrategia dentro – fuera?
Vamos a decir que un tipo estaba trabajando en un escuadrón del dentista Héctor Regalado. Esa misma persona podía ser al mismo tiempo un miembro de las fuerzas de seguridad. Entonces, si Héctor Regalado y el grupo de él decidían matar a alguien, esa misma persona puede ir a la fuerza de seguridad y buscar armas, máscaras, balas, autos y todo el apoyo.

Y conseguir además un perímetro de seguridad.
Sí. Y también había otros que eran completamente dentro de la policía, que salieron de la policía, que no tenían realaciones civiles. Eran varios tipos de una estructura bastante compleja y alguna gente tenía su propio grupo. Hubo escuadrones de la muerte en la Policía de Hacienda, cuyo jefe era Carranza. En la Policía Nacional el jefe era Aristides Márquez.

¿Es posible afirmar que todos estos grupos “dentro – fuera” tenían algún nivel de coordinación?
Yo creo que eso ocurrió después, porque estamos hablando del 79, este es el principio de ese tipo de aparatos. Por eso yo creo que la muerte de monseñor Romero tiene cosas que son realmente sin profesionalismo. Voy a utilizar lo que dice Saravia como caso. Vamos a decir que yo soy una persona que controla mucho dinero en este país y mis amigos y mi amistad con alguna gente me lleva a la conclusión de que debe ser asesinado monseñor Romero. Y que tenía esa idea porque fui a hablar con mis colegas en el cono sur y ellos están matando a sacerdotes y llevo además las palabras de ellos, los símbolos de ellos y además ellos van a ayudarme. Y comienzo a hablar con mis colegas más cercanos, “vamos a matar al arzobispo”. ¿Voy a hablar con el conductor Amado Garay de eso? No, jamás. ¿Me entiendes? Garay es otra clase, es una persona que se queda afuera cargando los fusiles de todos. Garay sabe que Saravia estuvo, Garay sabe que Bibi Montenegro estuvo, creo yo. Pero Garay no sabe qué es lo que sabe Saravia. ¿Me entiendes? Saravia no sabe, creo yo, todo lo que sabe D’Aubuisson y yo no sé qué sabe D’Aubuisson, porque él nunca me habló de eso. La única cosa que me dijo él, es que estaba muy contento de que había muerto Monseñor Romero, él me dijo eso.

¿Roberto d’Aubuisson le dijo: “Estoy contento de que hayan matado a monseñor”?
Él lo dijo eso varias veces. Me lo dijo a mí en una conversación en el 83. No exactamente, eso… no tengo la entrevista conmigo en este momento, pero lo recuerdo bastante bien: la frase era que la persona que mató a monseñor Romero es un héroe, eso es lo que me dijo.

¿Eso se lo decía tres años después, cuando él ya estaba señalado por el homicidio?
Sí. Mira, Roberto d’Aubuisson era un tipo ideológico. No tenía ningún interés en el dinero, de la forma de la corrupción que se veía en Arena después. Yo sé que hubo una discusión en Estados Unidos para tratar de comprarlo, de darle uno o dos millones de dólares y mandarlo a Miami a vivir feliz de la vida, pero él nunca iba a aceptar eso.

¿Estamos hablando de los 80s?
Esa conversación pasó en el 83. Para Estados Unidos Roberto d’Aubuisson era un lío y además para él los Estados Unidos eran un lío también, él era un nacionalista salvadoreño.

Veamos: en 1980 asesinan a monseñor Romero y usted describe distintos niveles de conocimiento sobre la operación…
Los millonarios de Miami, que están señalados por el cable de Robert White, y en los documentos del FBI y en otras investigaciones después, esa gente no va a sentarse con un militar de nivel bajo… mayor quizá, porque para la información que manejaba D’Aubuisson no era un mayor cualquiera. ¿Pero un capitán? ¡No! En este tipo de actividad un capitán quizá en su finca. Yo no voy a decirte que voy a hacer algo de este tamaño. ¡Mira la audacia de matar un arzobispo en América Latina! ¡Eso era audaz, nunca había pasado!… La audacia de pensar eso, una persona o un grupo pequeño de personas que van a pagar eso, que van a montar esa operación no van a hablar con la gente operativa a nivel bajo. Eso es lo que estoy diciendo.

Ubíquenos a D’Aubuisson… ¿dónde estaba él en la escalera?
Tomó una posición fuera de lo normal en la escalera, por algunas amistades que tuvo él, por su audacia, por su forma de pensar, porque D’Aubuisson era un maestro en la organización, no era solamente un ideólogo fanático del anticomunismo, sino un tipo que sabía organizar las cosas y además era un tipo que podía comandar la lealtad de mucha gente; eso es lo genial de él, comenzando con lo que él aprendió en el establecimiento de Orden y luego lo que aprendió en Taiwán y después lo que él aprendió con los argentinos. Yo tengo entrevistas en donde él dice que aprendió su forma de pensar en la organización necesaria de Taiwán y de Suárez Masón, que era un argentino que era la persona que montó casi todo el aparato de guerra sucia en Argentina. Ellos tuvieron una reunión.

¿Qué año? ¿Antes del asesinato de Romero?
No lo recuerdo bien. Está en mi computadora. La vinculación con los argentinos tiene que ser antes… porque eso comenzó con su participación en la Liga Anticomunista Mundial, en parte de América Latina y ellos ayudaron y pagaron a un argentino en la operación “Piña” para preparar documentos falsos, entonces esa vinculación la tenía él antes. En esta reunión, y en una conversación conmigo y con algunos periodistas de las que tengo yo las versiones originales, él habló de lo que él aprendió de el coronel Lao y de sus estudios en Taiwán. Recuerden que Taiwán era el centro de la Liga Anticomunista Mundial, que era la organización más grande y más importante ultraderechista, con redes por todas partes. Hubo entrenamiento de mucha gente del ejército salvadoreño en Taiwán, en la fuerza de inteligencia. Roberto d’Aubuisson aprendió mucho de esos, porque miró la forma en la que ellos hicieron su organización en Taiwán: un partido fuerte, vinculado a un aparato paramilitar. Ese es el modelo taiwanés. Él se quedó fascinado con eso porque funcionaba bien… un partido basado en un viejo aparato paramilitar. D’Aubuisson primero tuvo la idea del Frente Amplio Nacional (FAN), que luego llegó a ser Arena.

¿Cuánto de esto tiene a su base el homicidio del arzobispo? Usted nos decía que D’Aubuisson era un interlocutor válido con grupos de terratenientes, gente que miraba en monseñor Romero una amenaza…
Y coroneles, él tenía su liderazgo también dentro del ejército. El liderazgo es por rango, pero tú podías tener un coronel que no era líder. Por eso él tenía gente vinculada a él en el ejército, porque sabían que él tenía esa capacidad y además esa información. No era sólo líder, sino líder con información y en 79-80 la información era todo: ¿Quién era de la izquierda? ¿Quién era de la derecha? ¿Quién pertenecía a qué organización? ¿Quién estaba armado y quién no? ¿Qué grupo estaba haciendo eso o aquello? Su liderazgo era su capacidad personal, su posesión de información y después el hecho de que le atribuían la responsabilidad de matar a monseñor Romero. Para darles una imagen: recuerdo que estaba aquí haciendo entrevistas, no sólo para el caso de monseñor Romero en Estados Unidos, sino para el caso aquí, que hubo varios procesos que se abrieron y se cerraron. Yo estaba tratando de ayudar y tenía una gran cantidad de entrevistas. ¿Sabes cuántas personas me dijeron que eran el francotirador y que tenían la bala que lo mató? ¡Cinco personas! Había uno que dijo que había dado eso en un collar a su novia. Es completamente falso, por supuesto.

¿Lo hacían porque eso les daba prestigio?
Claro. ¿Me entiendes? Para decir lo que estoy diciendo hoy tuve que escuchar todos estos cuentos y darme cuenta de quién tiene la razón y quién no, quién decía la verdad. Era una cosa de orgullo.

Se ha expandido la idea de que D’Aubuisson es el asesino de Romero. Ayúdenos a redimensionar esa frase. ¿Usted diría que fue uno de los asesinos?
Yo estoy diciendo que él era jefe del equipo operativo y dio esa responsabilidad de operación a Saravia y a Molina. No creo que él hizo esto él sólo y con su dinero. Yo no sé quién tomó la idea original de matar a Romero. Tengo algunas ideas, pero no sé: por ejemplo, las personas que fueron a esas reuniones en el 78, 79 y 80, en la Liga Anticomunista, tenían toda la ideología como para que hicieran eso, porque además estaban admirando a los que estaban haciendo eso. Además estaban utilizando el mismo idioma de ellos. Yo tengo las amenazas y las frases son iguales en los distintos países. Yo puedo decirle quiénes fueron a esas reuniones y eran diputados, miembros del partido PCN, Adolfo Cuéllar, que fue asesinado, D’Aubuissón, José Francisco Guerrero… esos son los que recuerdo en este momento. Ellos vienen de varias partes del aparato, pero necesitaban dinero. La planificación de operación “Piña” costaba 40 mil dólares. Eso es caro. ¿De dónde iba a sacar ese dinero?

¿Cómo funciona esto? ¿Él busca quién financie sus operaciones, entre ellas matar a Romero, o hay financiadores buscando operativos que cumplan misiones?
No lo sé. En un caso jurídico tengo que estar segura de lo que estoy diciendo. Yo sé cómo funcionó después esa vinculación con el top financiero, que en una época eran llamados “los 14” y el ejército. En una parte de la historia de El Salvador mandaron los terratenientes, controlaron ellos, pero cuando hay guerra, el poder del ejército cada día crece. Al final de la guerra yo creo que el ejército y su cúpula de la Tandona, por ejemplo, tuvo mucho poder en este país. Al principio de la guerra, yo diría que con un ejército dividido en su liderazgo, que el poder estaba más con los empresarios y los terratenientes. Además, recuerda que no hubo ayuda de Estados Unidos, ayuda militar ni económica en ese momento. En esa época, al comienzo de la guerra yo creo que no había mucho dinero para un tipo, militar, que quería montar operaciones. Por eso tenía que buscar dinero, porque los militares no controlaban, después del golpe, el aparato del Estado. Robaron los archivos de Ansesal porque no podían garantizar el control de Ansesal. Ese era el momento: el momento en que mataron a Romero era un momento de tanta incertidumbre, de falta de dinero, de organizaciones preliminares, antes de la formación del FDR, antes de la formación de un ejército más eficaz, antes de todo eso… y por eso yo diría que aunque no se quién llamó a quién o quién tomó un ron con quién… yo diría que no se puede hacer eso sin las dos partes. No se puede. En esa época. Después sí. Eso es muy importante, porque la gente piensa en el Roberto d’Aubuisson que era candidato presidencial y no cuando era un mayor saliendo del ejército buscando su rol.

¿Para esas fechas usted es capaz de asegurar que el mayor Roberto d’Aubuisson seguía recibiendo salario del ejército salvadoreño?
Esa es la información que tuvimos. La obtuve de dos militares que estuvieron en posición de saber y que no tenían razón de decirme mentiras, que él estaba recibiendo su salario del ejército. Puede ser también que estuvieran hablando de su pensión, pero no dijeron “pensión”, ellos decían “salario”.

¿Eran militares retirados o de alta cuando le dieron esa información?
Yo recibí esa información hace años y estaban en posición de saber y eran activos en el momento en que hablaron conmigo y además me lo dijeron porque se sentían orgullosos de eso. Me dijeron en una conversación: “Pero es uno de nosotros” y yo repliqué que ya había sido expulsado y me dijeron que recibía su salario. La única forma de saberlo con certeza es abrir los archivos del ejército.

¿En Estados Unidos la CIA estaba al tanto de la intención de matar a Romero?
Yo no creo que Estados Unidos bajo (James) Carter aprobara eso. Yo sé -porque se ve en sus cables- que el embajador White tenía mucho miedo por Romero y le ofreció guardaespaldas y él dijo que no, que no podía mezclarse con la gente si tenía guardaespaldas de Estados Unidos. Era una preocupación de ellos y yo no creo en ninguna forma que, al menos el aparato formal de Estados Unidos, supiera de antemano.

Producto de estas reconstrucciones, en 1980, ¿cómo veían los Estados Unidos a monseñor Romero y a D’Aubuisson?
Roberto d’Aubuisson no era nadie en 1979, pero después de matar a monseñor Romero ya era alguien. En el caso de Romero, en la opinión de Carter, monseñor Romero era quizá la única fuente para evitar una guerra. La única persona que tenía la confianza de la izquierda, que podía hablar con al menos algunos grupos de la guerrilla y que podía hablar con grupos en el ejército. Inclusive cuando lo mataron los cables están llenos de: “ahora viene una guerra en serio”, porque si matan a un arzobispo pueden matar a cualquier persona. La audacia de eso era el fin de cualquier acuerdo, era obvio, nadie podía vivir seguro después de eso, nadie. De ahí comenzó una guerra en serio.

¿En los pasillos políticos de Estados Unidos se culpaba del asesinato a D’Aubuisson?
Poco después del homicidio, Estados Unidos, ya con la administración de Ronald Reagan, se da cuenta de que no podía sacar más dinero del Congreso para el ejército salvadoreño sin que en El Salvador hubiera elecciones. Es la famosa política de promoción de democracia de Estados Unidos. Y comenzó aquí, en El Salvador. Estados Unidos impone unas elecciones y una Asamblea Constituyente en el 82. Pero la elección para la Asamblea Constituyente la ganó D’Aubuisson. Estados Unidos quedó en shock. Pensó: “Si ese tipo es presidente durante el proceso de la Constituyente, nosotros no podemos sacar ni un centavo del Congreso”, porque efectivamente le atribuían la responsabilidad del asesinato de monseñor Romero. Por eso Estados Unidos forzó un acuerdo para que el presidente provisional fuera Álvaro Magaña. Fue una elección muy especial, en la que la persona que ganó no pudo ocupar la presidencia, y el presidente acabó siendo alguien que ni siquiera había sido candidato. Desde ese momento, y hasta el final de la guerra, Estados Unidos no podía permitir que D’Aubuisson llegara a la presidencia. Él fue un problema para Estados Unidos.

Ha dicho que Roberto d’Aubuisson consolida su carrera política sobre dos hechos: uno, el robo de los archivos de Ansesal, que lo convierten en un mayor diferente. Y dos, el asesinato de Romero, que le reposiciona.
Sí, lo reposiciona dentro de la derecha. Porque con o sin pruebas desde el inicio casi todos piensan que él ha tomado la decisión de matar a monseñor, y para la derecha eso es un acto de audacia, de liderazgo. Fue, desde su punto de vista, quien salvó la iglesia de los comunistas. Recuerdo una entrevista con el presidente de ANEP de aquel momento, en la que me dijo que Romero, cuando lo mataron, no era un sacerdote… porque los comunistas se habían llevado su alma. Me dijo que era el ayatola Romero, en referencia a Jomeini, hablaba de él lleno de odio. En un país católico, para un creyente, es importante convencerse de eso, de que a quien se ha matado no es un sacerdote.

Lo que dice es que la derecha del momento, igual que estaba luchando por salvar a la Fuerza Armada, que creían infiltrada por el comunismo, trataba de no perder el control de la Iglesia… Querían conservar la Fuerza Armada y la Iglesia, dos instituciones clave en el poder de las décadas anteriores.
Exactamente. Por eso el «Plan Banzer» incluía, y hay documentos que lo detallan, crear una base de información única en todos los países implicados, El Salvador, Chile, Argentina, Paraguay… para saber las opiniones de los sacerdotes, identificar si eran o no rojos, comunistas y expulsarlos. Y aunque no lo dicen expresamente, es obvio que, si no se iban del país, había que matarlos. Y recibe el nombre del dictador boliviano Hugo Banzer porque la oposición a su régimen vino principalmente de la Iglesia Católica en Bolivia, y él creó una estructura para expulsar o asesinar a sacerdotes. Ese es el modelo que adopta desde 1977 la Liga Mundial Anticomunista. Por eso hay asesinatos de sacerdotes también en otros países. Y aquí hubo más, porque en el cono sur esto coincidió con dictaduras ya establecidas, pero en Guatemala y El Salvador es un momento de incertidumbre política para las instituciones y poderes del estatus quo: ejército, iglesia, empresarios… Mira las fechas en que matan a sacerdotes aquí: Rutilio Grande, 77, los seis a los que mataron antes de Romero, 77, 78… en el 80 a Romero…

Habla de un D’Aubuisson extremadamente ideológico, que transita de ser un operador de grupos paramilitares a fundador de un partido político y candidato a la presidencia. ¿Cuánto de las organizaciones paramilitares están en la base de la creación de su partido político? ¿Separaba Roberto d’Aubuisson una cosa de la otra?
No, para él no estaba separado. Él tenía una visión, y tomó un modelo de acción política que se basaba en el partido y los grupos paramilitares al mismo tiempo. Es más: cuando en 1992 D’Aubuisson apoya a su manera los Acuerdos de Paz -porque pudo haber hecho una oposición muy fuerte, y no lo hizo, y eso es importante- fue porque entendía que ya no tenía necesidad del aparato paramilitar. Entendía que la democracia que se estaba fundando salvaba el país que él quería.

¿En qué sentido?
Una democracia no son solo las elecciones, sino que implica un estado de derecho, un aparato judicial independiente… Y D’Aubuisson creía que las cortes que salieran de los acuerdos no iban a ser independientes. Eso creía. Pensaba que esta iba a ser una democracia segura para él.

¿Dice que desde su fundación hasta al menos 1990, el partido Arena convivió de forma consciente con estructuras paramilitares, con la idea de combinar política y terrorismo?
Todos. En cierta forma también el PDC lo hizo. La diferencia es que en el caso de Arena la secuencia es paramilitares-partido, y el PDC fue un partido que en los 80s buscaba apoyo armado, y enfrentaba el problema de que la mayoría del liderazgo del ejército estaba con Arena y no con el PDC. Además, el PDC nunca trató de llegar a la verdad sobre el asesinato de monseñor Romero, porque les interesaba más usarlo como arma contra D’Aubuisson. Si te fijas, el caso siempre afloraba en época electoral… politizaron el caso.

Sí, pero el problema es que, si como dice, Arena se consolida en convivencia con un aparato de paramilitarismo, las gentes que coincidieron con D’Aubuisson en aquella etapa de institucionalización del partido, luego llegaron a la presidencia de la República: Alfredo Cristiani, Armando Calderón Sol… Y según usted, convivieron con aquella identidad dual de Arena.
¿Tú crees que la gente que formaba parte del Coena en los 80s no sabía que había escuadrones de la muerte que se organizaban y operaban desde la Asamblea Legislativa?

¿Tienes indicios de que lo sabían?
Solo te pregunto si crees que cuando en el 83, 84… yo sabía, Estados Unidos sabía, el embajador de Estados Unidos sabía que había escuadrones de la muerte que salían del Congreso de este país, si crees que es posible que el Coena no lo supiera…

¿Y cuál le parece entonces el camino lógico para que Arena enfrente dos o tres décadas después esta situación?
Quiero dejar claro que yo no estoy en El Salvador para dañar al partido Arena de ninguna manera. Yo estoy aquí para conmemorar el aniversario de la muerte de monseñor Romero. Este aniversario sí los daña, porque el nombre de su fundador aparece una y otra vez… y daña al ejército en cierta forma, porque se nombra a un mayor, a un capitán… pero una de las razones por las que en democracia se exige que funcione el estado de derecho es para transformar instituciones. No hay ninguna razón para que Arena no siga adelante, y una Arena que asuma cierta responsabilidad será, en mi opinión, más fuerte al final. Porque la gente que mata así… al final sus estatuas no se quedan. Nadie dice que el partido Arena decidiera matar a Romero. Hay gente muy decente en Arena, que trabaja muy duro y tiene otra visión para el país, y eso es bueno para El Salvador.

¿Y cree que la Arena que nació del anticomunismo, hiperideológica como lo es también el FMLN, puede hacer eso?
¿Pero dónde va a encontrar un comunismo al que enfrentarse ahora? Esa ideología ya no sirve.

Precisamente. Habla de una reformulación de sus principios. ¿Es posible eso sin desmontar el partido?
Claro que es posible. Muchos lo han hecho, en la izquierda y en la derecha. El partido comunista chino se está transformando. Y mira la derecha chilena: tuvo un problema enorme con la figura de Pinochet, no solo porque fuera un criminal a los ojos del mundo entero, lo cual es un problema para un partido que quiere tener amigos, sino porque era un corrupto, y acabó sabiéndose. Ellos creían que era un tipo como D’Aubuisson, que no era corrupto, pero descubrieron que la esposa de Pinochet, sus hijos, habían robado. Y tuvieron que distanciarse. Y bueno… aquella parte de la derecha chilena que se distanció de Pinochet acaba de ganar las elecciones.

En El Salvador a menudo pensamos que vamos demasiado lento, que han pasado 30 años y queda demasiada oscuridad sobre nuestra historia, que estamos demasiado lejos de la verdad y la justicia. ¿Es así? ¿Vamos demasiado lento?
Los únicos lugares que van rápido en este campo son aquellos en los que hay una victoria clara de uno de los lados… pero el problema es que en esos lugares se impone una cierta interpretación, porque la historia siempre la escriben los vencedores. Aquí, como en Chile, ha habido una transición pactada. El proceso va a ser más lento porque la memoria está vinculada a la política, y los militares necesitan un espacio para dar su punto de vista, por ejemplo. Ese espacio lo acaban creando los hijos de la guerra, o los hijos de las víctimas de la guerra. Y si solo miran hacia arriba diciendo “señor presidente, por favor, ¿nos cuenta nuestra historia?” esto va a ser más lento aún.

Los políticos nos dicen todo el tiempo que la verdad reabre heridas y que la gente prefiere mirar al futuro. ¿Qué le pasa a una sociedad cuando se enfrenta a sus fantasmas más oscuros?
Hay dos tipos de heridos. Hay heridas con la infección por dentro, y si no se abren, la infección camina. Si en un país hay impunidad para un crimen como el de monseñor Romero, la habrá para el tráfico de drogas, para el tráfico de armas, para lo que está pasando en Guatemala, en México… No hay democracia sana sin estado de derecho, y no hay estado de derecho si no se rompe la impunidad. Y romper la impunidad quiere decir ir hasta las personas con poder.

Carlos Dada:“Así cazamos a los asesinos de monseñor Romero”

Dada, periodista salvadoreño, ha dedicado parte de su vida a investigar la muerte de Óscar Arnulfo Romero; sus indagaciones lo llevaron a varios encuentros con el capitán Álvaro Saravia, quien dirigió el crimen.

  • Milenio semanal
Capitan Álvaro Saravia, lugrateniente de D’Abuisson.

Capitan Álvaro Saravia, lugrateniente de D’Abuisson. Foto: Edu Ponces/ Cortesía El Faro.net

El lunes 22 de marzo pasado, en vísperas de los 30 años del magnicidio del Arzobispo Óscar Arnulfo Romero en El Salvador, cometido en el altar de una iglesia de San Salvador el 24 de marzo de 1980 con un solo disparo al corazón, El Faro (www.elfaro.net) publicó como primicia una investigación de cinco años titulada “Así matamos a monseñor Romero”.

“El mayor Roberto d´Aubuisson fue parte de la conspiración para asesinar a monseñor Romero, aunque el tirador lo puso un hijo del ex presidente Arturo Armando Molina”, dice el capitán Álvaro Saravia (lugarteniente de D’Abuisson). Treinta años después él y otros de los involucrados reconstruyen aquellos días de tráfico de armas, cocaína y secuestros. Caído en desgracia, Saravia ha sido repartidor de pizzas, vendedor de autos usados y lavador de narcodinero. Ahora arde en el infierno que ayudó a prender aquellos días, cuando matar “comunistas” era un deporte, como dice la presentación de la investigación en primicia.

Con más de 500 impactos por minuto, los lectores de uno de los primeros diarios electrónicos en Latinoamérica, fundado en 1995, superaron los 200 mil ingresos en un país con poco más de seis millones de habitantes.

Las entrevistas a tres de los cinco participantes en el magnicidio relatan por primera vez cómo fue que el fundador del partido anticomunista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) —que gobernó de 1989 a 2009—, el ex oficial de inteligencia Roberto d’Aubuisson y fundador de los paramilitares llamados “Escuadrones de la Muerte”, quien murió de cáncer en la lengua en 1992, dio la orden de matar al arzobispo, acabando con 30 años de especulaciones. “Hazte cargo”, ordenó a su lugarteniente, el capitán Saravia, jefe de sus 14 muchachos íntimos, quien organizó el crimen.

Nunca antes alguien había confesado haber recibido tal orden y los gobiernos y presidentes del partido Arena siempre defendieron la inocencia de su líder histórico, mencionado como posible orquestador en un informe de la Comisión de la Verdad que investigó algunas de las más de 80 mil muertes que dejó la guerra civil (1980-1992). La única prueba indirecta era una agenda, la de Saravia, confiscada cuando D’Abuisson y sus hombres fueron detenidos en 1980 por órdenes de una Junta de Gobierno demócrata cristiana. Allí se relata la Operación Piña, sin que el nombre de Romero aparezca por ninguna parte, aunque la pista llevó al chofer del tirador, que tampoco recibía órdenes directas del jefe de la ultraderecha: Amado Garay se presentó voluntariamente a declarar en 1987 en El Salvador y Estados Unidos lo consideró de valor para investigar actividades de los Escuadrones de la Muerte. Lo acogió como testigo protegido y desde entonces vive oculto.

El testimonio atrae además por primera vez los reflectores hacia un personaje que había quedado tras bambalinas: Mario Molina, hijo de un ex presidente de la era militar, el coronel Arturo Armando Molina (1972-77), y hermano de quien fue ministro de Defensa en el gobierno anterior de Antonio Saca (2005-09). El francotirador armado de un fusil de mira telescópica, según Saravia, salió de su cuerpo de seguridad y es el único que sigue escondido. “Nadie sabe dónde está Mario Molina y el ex presidente aún vive y lleva una vida muy discreta entre Miami y Panamá”, cuenta a M Semanal Carlos Dada en una conversación de dos horas sobre la investigación que le llevó a acumular más de 20 horas de grabación con el capitán Saravia, lugarteniente de D’Aubuisson.

Ficha emitida por U.S. Immigration and Customs Enforcement sobre  Álvaro Rafael Saravia, por <i>sospecha de violaciones a los  derechos humanos</i>

Ficha emitida por U.S. Immigration and Customs Enforcement sobre Álvaro Rafael Saravia, por sospecha de violaciones a los derechos humanos Foto: Edu Ponces/ Cortesía El Faro.net

Dada se encontró por primera vez cara a cara con Saravia en 2008, cuando el conspirador intentaba limpiar su imagen y buscaba negociar una condena menor a cambio de una confesión judicial en Estados Unidos; luego se encontró con él ocho veces más en el último año y medio, en una empobrecida zona de las montañas de un país que no puede revelar como parte del acuerdo con el asesino, quien vive con otro nombre; Saravia quería que Dada escribiera un libro. “No soy su secretaria, soy periodista y voy a publicar su confesión”, le espetó. Finalmente Saravia aceptó grabadora y foto.

LA CONFESIÓN

El relato de 20 páginas hecho por Dada arranca así: “Saravia comienza a leer despacio, en voz alta: ‘Algunos años después de asesinar a monseñor Romero, el capitán Álvaro Rafael Saravia se quitó el rango militar, abandonó a su familia y se mudó a California’. En la mano sostiene varias páginas con la impresión de una nota periodística publicada hace cinco años. Se reacomoda los lentes —dos grandes vidrios sostenidos por un alambre—. Tiene las uñas rotas y sucias, y los ojos muy abiertos y agitados. Vuelve a leer el primer párrafo. ‘Algunos años después de asesinar a monseñor Romero, el capitán Álvaro Rafael Saravia…’ Hace una pausa y repite ese nombre, que no ha dicho en mucho tiempo: ‘El capitán Álvaro Rafael Saravia’. Levanta la cabeza y me mira fijamente:

—Usted escribió esto, ¿verdad?

—Sí.

—Pues está mal.

—¿Por qué?

—Aquí dice: “Algunos años después de asesinar a monseñor Romero”. Y yo no lo maté.

—¿Y quién lo mató?

—Un fulano.

—¿Un extranjero?

—No. Un indio, de los de nosotros. Por ahí anda ése.

—Usted no disparó, pero participó en el crimen.

—Treinta años y me voy a morir perseguido por eso. Sí, claro que participé. Por eso estamos hablando.

Tiene las manos gastadas por la miseria y el trabajo del campo. Unas manos que nada tienen que ver con las de aquel piloto de la Fuerza Aérea convertido en lugarteniente del líder anticomunista salvadoreño Roberto d´Aubuisson, y después en repartidor de pizzas, lavador de dinero para la mafia colombiana y finalmente en vendedor de autos usados en California. Ahora ya no es nada de eso. Perdió un juicio al que no asistió, en el que fue encontrado culpable del asesinato de monseñor Romero.

—Cuénteme cómo fue.

—Se lo voy a contar todo, pero despacio. Esto es largo.

La historia resumida en 500 palabras dio la vuelta al mundo mediante las agencias internacionales de noticias y llegó a las portadas de Los Ángeles Times, El Mundo de España, Semana de Colombia, ABC de Paraguay, y la cadena Univisión, entre otros… mientras la gran prensa salvadoreña guardó silencio. Gobernado por primera vez por un presidente de izquierda moderada, Mauricio Funes, quien tiene como paradigmas a los presidentes Lula da Silva y Barack Obama, El Salvador sigue siendo un país dividido por aquel magnicidio.

Saravia durante una entrevista con el autor,  Carlos Dada.

Saravia durante una entrevista con el autor, Carlos Dada. Foto: Edu Ponces/ Cortesía El Faro.net
LAS CAZADORAS DE CRIMINALES

La historia de la persecución se remonta al año 2004, cuando Carlos Dada, director de El Faro.Net ganó una beca para estudiar en un programa para periodismo de investigación en la Universidad de Stanford, en San Francisco, California. Allí conoció a Terry Karl, profesora de ciencias políticas, quien trabajó durante varios años en Harvard y pasó mucho tiempo en El Salvador desde los años ochenta como asistente de congresistas demócratas. Karl ha sido experta y testigo en todos los juicios civiles en contra de violadores de los derechos humanos, en particular los de los generales José Guillermo García, Eugenio Vides Casanova, Nicolás Carranza y el capitán Saravia. “En 2005, cuando tomaba los cursos con Terry Karl estuve en California mientras tenía lugar el juicio en ausencia contra el capitán Saravia y publiqué la primera pista: 25 años después del asesinato de monseñor Romero, un ex capitán de la Fuerza Aérea se convirtió en el primer culpable del crimen, juzgado y sentenciado en ausencia por una corte estadunidense. Álvaro Rafael Saravia, uno de los implicados en el asesinato que cambió el rostro de El Salvador, ha desaparecido y ahora es prófugo de la justicia, y su crimen uno de los pocos que ha alcanzado la categoría de atentado contra la humanidad por la muerte de una sola persona”.

Una vez localizado, Saravia condujo a otros dos criminales: uno, Fernando El Negro Sagrera, lo negó todo, y el otro, Gabriel El Bibi Montenegro, admitió haber conducido el auto de Saravia, que ofreció seguridad al tirador.

Karl puso en contacto a Dada con Almudena Bernabeu, abogada del Center for Justicie and Accoutabiliy (CJA) en San Francisco, quien buscó en leyes de hace dos siglos que no se habían usado en más de 100 años para enjuiciar, en Estados Unidos, a extranjeros que han cometido violaciones de Derechos Humanos y que se encuentran físicamente en el país. Almudena es también la abogada que presentó el año pasado en España el caso de seis sacerdotes jesuitas asesinados por tropas élite del Ejército salvadoreño en 1989. El CJA es un organismo civil estadunidense que tiene enormes archivos mediante el trabajo voluntario de abogados reconocidos para juicios contra criminales de delitos de lesa humanidad. “Entre sus éxitos —relata Dada— está el caso de un ex torturador de Haití que no podían encontrar. Un día el Miami Herald publicó una foto de un tipo sonriendo emocionado porque se ganó la lotería. Era él, y ese dinero terminó comprando escuelas y clínicas en Haití”.

Tumba de monseñor Romero.

Tumba de monseñor Romero. Foto: Roberto Escobar/ EFE

El sitio web del CJA contiene largas transcripciones de todo el juicio de Saravia: “Fue una mina de información para encontrar al hombre de D’Aubuisson”. Y fue el CJA el que localizó a Saravia y lo enjuició con dos pruebas: su agenda confiscada en 1980 y el testimonio del chofer que condujo al asesino, que vive como testigo protegido en Estados Unidos. Fue entonces cuando el viejo conspirador huyó y desapareció. Pero Dada contrató a un investigador privado para localizar el domicilio de Saravia. Su conclusión fue: “Este hombre está muerto o está en Chicago protegido por la mafia iraquí que trafica autos, porque se dedica a la venta de autos usados”. Dada viajó entonces a Chicago, recorrió las ventas de autos de segunda mano en busca de su hombre y nada. “Saravia no apareció por ningún lado. Pensé entonces que o me quedaba a vivir en Chicago o estaba perdiendo mi tiempo”. Era el año 2005.

El periodista habló entonces con Bernabeu y le dijo: “Este tipo no puede vivir escondido el resto de su vida, cuando se desespere te va a llamar, cuando te llame dile que lo he buscado desde hace mucho y dile que quiero hablar con él”.

LA SALIDA DEL ESCONDITE

Un año después, Saravia buscó defenderse del juicio en ausencia y de su condena a pagar 10 millones de dólares como reparación. Hacia 2006 buscó a un periodista del Miami Herald, Gerardo Reyes, y le dijo: “Voy a contarlo todo en un libro”. Pero luego volvió a desaparecer. “Un día de 2008, harto de vivir a salto de mata, el tipo habla con Almudena y trata de negociar algo legal que no prospera, pero ella le transmite mi mensaje. Tiempo después llama de nuevo y le dice ‘que venga Dada, quiero hablar con él’. Y me acerqué a dar el paso que había buscado por años”, relata el director de El Faro. La cita fue en una región empobrecida, peligrosa y remota “en un país latinoamericano”, dice Dada guardando su palabra.

El conspirador lo recibió con una interrogación: “¿Es usted hijo de Héctor Dada Hirezi?”. Dada Hizeri es un político democristiano, ex miembro civil de la cívico militar Junta de Gobierno instalada tras el golpe de Estado que acabó con una era de gobiernos militares en 1979, la misma que ordenó la detención de D’Abuisson y su gente. Dada Hirezi es ahora Ministro de Economía. “En ese momento me di cuenta que Saravia estaba entre quienes estuvieron persiguiendo a mi padre para matarlo. Mi padre también era su enemigo en aquella época, como todos los que no estuvieran con ellos. Lo fueron a perseguir hasta México para matarlo en los años ochenta, dice Carlos Dada, quien estudió en aquellos años en la Universidad Iberoamericana de México. El encuentro sin grabadora ni cámara duró unas cuatro horas y decidieron volverse a encontrar.

Roberto d’Aubuisson, autor intelectual del asesinato de Romero.

Roberto d’Aubuisson, autor intelectual del asesinato de Romero. Foto: Especial
CRIMINALES RETIRADOS

En busca de una pista sobre el magnicidio, Dada cubrió a finales de 2005 el juicio en Estados Unidos contra otro alto jefe militar involucrado en los asesinatos: el ex vice Ministro de Defensa, Nicolás Carranza, en Menphis, Tennessee. Husmeó en la nueva vida privada del hombre condenado por “no haber hecho nada”, por no impedir asesinatos cometidos por sus hombres entre 1979 y 1981. “Me encontré en las noches con el insólito tipo de vida que llevaba Carranza. Trabajaba como vigilante nocturno del Museo de Arte de Menphis. El hombre que tenía un poder absoluto, que torturó, que fue agente de la CIA declarado, acabó de vigilante nocturno en un museo menor”. Dada descubrió allí los extraños recovecos de esas vidas ocultas: la subalterna de Carranza era una mujer afgana que llegó a Estados Unidos huyendo del talibán que la habían torturado. “Fue el ex torturador salvadoreño, que nadie sabía quién era en aquel país, quien le dio atención psicológica y le ayudó a desahogarse sobre las torturas del Talibán de Afganistán. Tengo muchos problemas manejando estas situaciones. Al capitán Saravia lo he estado viendo y he conversado con regularidad con él durante año y medio. Él representa las cosas más repugnantes para mí, pero empecé a sentir empatía por esta persona”.

Confundido, Dada fue a hablar con Karl: “No sé cómo manejarlo, este asesinato representa todo esas cosas que repudio, pero siento compasión de su miseria y hasta me da ternura”. La repuesta de Terry fue fabulosa: “‘No te sientas mal, eso es exactamente lo que te hace distinto a él’. Porque Saravia me comenzó a tomar confianza. La única forma de vivir con eso que tiene la gente que tortura, mata o viola es convencerse de que la gente que ellos matan o violan no son seres humanos, pero hay que descubrir los rastros de humanidad que hay en aquel monstruo, es lo que Hanna Arendt llamaba la banalidad del mal”.

Un manifestante protesta junto al monumento a Roberto d’Aubuisson  en San Salvador, durante la marcha del 25 de marzo de 2010.

Un manifestante protesta junto al monumento a Roberto d’Aubuisson en San Salvador, durante la marcha del 25 de marzo de 2010. Foto: José Cabezas/ AFP
PERFIL DEL PRÓFUGO

Saravia es el único de los conspiradores que vive escondido, cuenta Dada en su reportaje. Ha intentado en reiteradas ocasiones comunicarse con algunos de sus antiguos compañeros de lucha, pero nadie le ha respondido: “Treinta años han pasado y sigue la misma mierda. Ya no tengo nada que ocultar. ¿Para qué? Ya más hecho mierda de lo que estoy, cómo voy a estar. ¡Nada! A mí se me hace que hay una conspiración, que no quieren saber quién putas mató a Romero”.

Donde vive Saravia ni siquiera hay papel y el vecino más cercano que sabe leer y escribir vive a 20 minutos de su casa. A falta de libro, quiere contar todo en una entrevista.

—¿Y por qué quiere hablar ahora?

—Por mis hijos. Es que hasta ellos me ven como Hitler.

Por primera vez desde que empezamos a conversar, Saravia agacha la cabeza. Aprieta la boca. Está solo en esta mesa en la que también estoy yo. Y soy yo quien rompe el silencio.

—¿Hace cuánto no habla con ellos?

—¡Uffff! ¡Ufff! ¡Diez años! Me recuerdo de ellos todos los días. Aunque hasta miedo tengo de hablarles yo.

Durante las siguientes jornadas el capitán Saravia confesó a Dada otros motivos para hablar: “De todos los involucrados, es el único juzgado y el único que vive escondido. Amado Garay, el chofer, también vive oculto, pero en condición de testigo protegido de Estados Unidos. Pero es preciso subrayar algo: la primera condición para vivir escondido es estar vivo. Otras cinco personas involucradas en este crimen, o en su ocultamiento, no pudieron esconderse. Una murió decapitada, otra se suicidó, otra desapareció, a otra la mataron en un retén en la carretera. Otra terminó en pedacitos. En Guatemala. Eso dicen. Pero de esta última no hay nombre ni certificado de defunción”.

Él mismo parte de esa conspiración, ahora está solo. Su único amigo es un hombre que tiene una vieja pick up y una pequeña propiedad rural. Ahí hay una cabañita de madera, parecida a la de El Unabomber, compuesta por cuatro paredes con una ventana que protegen un piso de tierra y nada más. Ahí vivió Saravia más de un año, hasta que se metieron los ladrones y le robaron un cincho, una camiseta y un machete, que era lo único que tenía. La segunda vez que nos vimos, en el hotel, baja de su cuarto 15 minutos después de la hora convenida. Viene pálido.

—¿Qué le pasa, capitán?

—Acabo de verme en el espejo. Tenía cinco meses de no verme en un espejo.

Víctor Flores García